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Y déjate llevar

5 posiciones sexuales con los ojos vendados que aumentan el resto de los sentidos

Taparse los ojos es sólo una excusa para sentarse y disfrutar del viaje.

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Lo bueno de las vendas para los ojos en el sexo es que son como la cinta adhesiva: multiusos. Pueden ayudarte a estar aún más presente y disminuir tus inhibiciones, a la vez que hacer que todo parezca un poco más excitante. La primera vez que te vendan los ojos da algo de miedo. Si eres la que lleva las riendas y va a verlo todo, procura ser amable e ir despacio. Sigue hablando para que tu compañero tenga idea de dónde estás en cada movimiento y trata de mantener una mano tranquilizadora en contacto con su piel en todo momento. Utiliza una palabra de seguridad si incorporas cualquier tipo de juego de dominación. Si ya lo tienes todo, ¡adelante!

1. La ceguera del principiante

Haz que tu pareja sexual se acueste boca abajo con la venda en los ojos. Se sentirá menos vulnerable de esa manera. Mientras, prepárate para activar sus otros sentidos. Puedes usar una pluma o un pañuelo suave para acariciar la parte interna del muslo, un cubito de hielo o una vela de aceite de masaje para fundirla sobre la parte inferior de la espalda, el sabor de algo rico en tus dedos (chocolate, vino, caramelo). Y para acabar, un trabajito manual con un poco de lubricante.

2. La huida misteriosa

No podrá verte, pero te sentirá muy cerca. Si te sientes inhibida por un juicio interno que no te deja disfrutar completamente durante el sexo, una venda puede detener toda esa m***. Engaña a tu cerebro, si no puedes ver a tu pareja, no te pueden ver a ti, así que te resultará más fácil relajarte y ‘alejarte’ de lo que te condiciona. Si quieres disfrutar el doble, tápale los ojos y móntale a horcajadas y huye de tus enemigos mentales como una vaquera en celo.

3. El rapto

Esta idea también es buena si los juegos eróticos sacan tu lado más tímido. Si eres la que recibe placer, túmbate y disfruta con todos los sentidos (menos el de la vista) de su boca, de su cuerpo o de tu juguete favorito mientras él hace y deshace a su antojo con tu cuerpo como lienzo. Prueba a atar (de manera literal o figurada) tus muñecas al cabecero de la cama como si fueras incapaz de moverte. Esta postura está especialmente indicada para relajarse después de un largo día de trabajo.

4. El juego de la silla (versión X)

Vayamos con un poco de BDSM. Siéntate en una silla con los ojos vendados y dile a tu pareja que te haga todo lo que tú le vas a ir diciendo. Pídele que de camino a tus muslos te lama también los pezones, siente la humedad y déjate llevar para experimentar el mejor sexo oral de tu vida. Si te da morbo pasar un poco de ‘miedo’, dile que abandone la habitación por un momento y te deje sola, preguntándote cuándo volverá… y qué hará contigo cuando regrese.

5. El apagón

Si ya sois profesionales de la técnica de los ojos vendados, tapároslos los dos y tratad de experimentar una posición semi-complicada. Apaga la luz para que no podáis mirar a través de la venda o si esta se cae. Colócate boca arriba con una pierna sobre el hombro de tu compañero, mientras él se arrodilla y te penetra al ritmo que más os guste. Será un trabajo en equipo pero también una sobrecarga sensorial de la que te costará reponerte.

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