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En verano hay más

Cómo saber si son hongos o una infección urinaria

Llega el verano, los vestidos frescos, las terrazas, las piscinas, la playa, el olor a bronceador… y las infecciones de orina. Sí, el verano es también época de cistitis y es que el exceso de humedad, el baño en piscinas e incluso, el aumento de relaciones sexuales (las vacaciones hacen que nos arrimemos más al otro), son factores favorecedores que alteran la flora de la zona y sus mecanismos de defensa.

Infección de orina

Infección de orinaiStock

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Pero, ¿cómo saber si es una infección de orina o cistitis o unos hongos? Acudimos a la ginecóloga Miriam Al Adib Mendiri quien nos aclara cómo distinguir una de otra. En todo caso, tanto si sospechas que tienes infección como si crees que son hongos, debes acudir al médico. Y cuanto antes, mejor.

“Una infección urinaria es, como su nombre indica, una infección en el aparato urinario, habitualmente es de origen bacteriano y puede ser de vías altas (cuando afecta al riñón, esto es una pielonefritis) o bien de vías bajas (cuando afecta a vejiga, esto es cistitis). Los síntomas de la cistitis (infección de vías urinarias bajas) suelen dar tenesmo (sensación de ganas de orinar aunque no haya orina en la vejiga), y al orinar da mucho dolor/escozor (disuria)”, explica Al Adib Mendiri. Eso es y seguramente te sonará porque es una cosa muy común entre las féminas: te mueres por hacer pis, aunque luego salgan dos gotas, y maldices ese momento porque la quemazón/escozor es enorme.

Esta afección afecta mucho más a las mujeres que a los hombres, porque su uretra es más corta: un 60% de las mujeres tendrá al menos, una cistitis a lo largo de su vida. Y a más de la mitad le sucederá en verano. Además, padecer una duplica el riesgo de infecciones futuras. Por supuesto, hay que ponerle tratamiento pero tranquila, que en un máximo de dos semanas habrá desaparecido. Eso sí, las relaciones sexuales si tienes una infección mejor, a raya: te lo contamos aquí.

¿Se pueden prevenir las infecciones de orina? Buenas noticias, sí se puede: “Para prevenir infecciones urinarias: bebe mucha agua, evita aguantar excesivamente las ganas de orinar, en el caso de las cistitis postcoitales, se recomienda orinar tras la relación sexual. Los arándanos y el zumo de limón ayudan a prevenir las infecciones urinarias”, explica. Además, al ir al servicio, limpia siempre de delante a atrás y no al revés.

Problemas vaginales
Problemas vaginales | iStock

Y vayamos ahora con la segunda pata de este artículo, los hongos, esos invitados que tardan bastante en irse. “Una infección genital por hongos puede afectar a vagina y/o vulva, los síntomas son prurito genital, ardor, escozor... Estos síntomas están de manera constante, independientemente de si orinas o no, aunque cuando orinas, en ocasiones puede escocer más al rozar esta orina la zona genital afectada”, explica. O sea, esa sería una primera forma de diferenciarlo de una infección de orina: el escozor de los hongos se da permanentemente, es una molestia continua, que no solo se da a la hora de orinar.

“El tratamiento de los hongos vaginales se hace con antifúngicos, generalmente aplicados en forma de cremas y/o óvulos (aunque también existen los antifúngicos orales, para los hongos crónicos), mientras que las infecciones de orina se tratan con antibióticos orales”, añade la ginecóloga.

Los hongos son favorecidos por la humedad mantenida, exceso de lavados, la falta de transpiración por el uso excesivo de salvaslips o de prendas muy ajustadas en la zona genital o tejidos no naturales. “También, la infección por hongos puede darse tras un tratamiento antibiótico, ya que los antibióticos matan bacterias importantes de la flora bacteriana vaginal y con ello puede favorecerse de forma secundaria una infección vaginal por hongos”, añade.

“Para prevenir infecciones por hongos es necesario evitar todo aquello que impida la adecuada transpiración de la zona genital (prendas muy ajustadas, tejidos sintéticos, salvaslips...), evitar las dietas ricas en azúcares, evitar el uso innecesario de antibióticos, las toallitas húmedas y el exceso de lavados”, finaliza.

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