Sociedad

Una vida en tus manos: cómo actuar ante una parada cardíaca y usar un desfibrilador

Cada día mueren cien personas en España por una parada cardiorrespiratoria. Muchas de ellas podrían salvarse si alguien cercano supiera cómo iniciar la reanimación y usar un desfibrilador.

Recreación del corazón humano

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Un hombre se desploma en plena calle. Está inconsciente. No respira. Nadie a su alrededor sabe qué hacer, salvo una persona. Se agacha, llama al 061 y comienza a presionar el centro del pecho. No es personal sanitario, pero sí sabe algo vital: si no actúa, ese hombre morirá. Cualquiera puede salvar una vida. Solo necesita saber cómo.

Una parada cardíaca puede ocurrir en cualquier lugar y a cualquier persona. No hace falta tener antecedentes ni una patología previa. De hecho, la mayoría de los casos suceden fuera del hospital: en casa, en el trabajo, en el gimnasio o en la calle. Por eso es fundamental saber reaccionar.

Lo importante no es tener conocimientos médicos, sino saber qué hacer en los primeros minutos. Porque el tiempo juega en contra, y actuar rápido —aunque sea con lo básico— puede marcar la diferencia.

Llamar al 061 o al 112 es lo primero

Román Gómez Vázquez, director de la Fundación Pública Urxencias Sanitarias de Galicia-061, lo explica con claridad: "Si nos encontramos a alguien inconsciente y que no respira, lo primero que hay que hacer es llamar al 061. Un teleoperador recogerá unos datos básicos, siendo el más importante la localización exacta del punto, e inmediatamente nos pasará con un médico o enfermero. Nos pedirán poner el teléfono en función de manos libres y desde la Central de Coordinación nos guiarán en las maniobras de reanimación cardiopulmonar".

En algunas comunidades autónomas, el número de emergencias sanitarias es el 061, mientras que en otras puede atenderse a través del 112, el número europeo único de emergencias. En cualquier caso, marcar uno u otro te conectará con el servicio sanitario más cercano. Es decir, no estaremos solos. Desde el primer momento, un profesional nos indicará paso a paso cómo iniciar el masaje cardíaco de forma eficaz. No hace falta haber hecho un curso de primeros auxilios: basta con seguir las indicaciones e intervenir con decisión.

Actuar rápido salva vidas

Una parada cardiorrespiratoria no es simplemente un desmayo. Es un colapso súbito del corazón que impide que la sangre —y por tanto el oxígeno— llegue al cerebro y a los órganos vitales. En cuestión de minutos, el daño cerebral puede volverse irreversible.

Por eso, Gómez Vázquez incide en que no se puede perder tiempo: "Se debe empezar por el masaje cardíaco efectivo con compresiones fuertes y rápidas en el centro del pecho, hasta conseguir un desfibrilador externo o la llegada del personal de urgencias".

Esa presión rítmica, aunque parezca rudimentaria, mantiene la sangre circulando y da tiempo al corazón. Cada minuto sin intervención reduce un 10% la probabilidad de supervivencia.

El desfibrilador, un salvavidas automático

Cuando el corazón entra en fibrilación —es decir, late de forma caótica— no puede bombear adecuadamente. La herramienta que puede revertir esa situación es el desfibrilador externo automático (DEA). "De ahí la importancia del desfibrilador para poder llevar al corazón a su ritmo normal y restaurar el flujo sanguíneo adecuado. Esto aumenta significativamente las posibilidades de supervivencia", señala el director del 061-Galicia. "La desfibrilación temprana, especialmente en los primeros minutos, es vital para lograr este objetivo".

Estos aparatos están cada vez más presentes en espacios públicos. Y aunque lo ideal es que quien lo use tenga formación, la ley permite que cualquier persona lo utilice si sigue las indicaciones del 061 o del 112. El dispositivo da instrucciones claras —verbales y visuales— para aplicar las descargas eléctricas con seguridad.

Ante la duda, siempre intervenir

Muchas personas temen intervenir por miedo a hacer daño o equivocarse. Pero en una parada cardíaca, la peor decisión es no hacer nada.

"En caso de emergencia, si no hay personal entrenado disponible, cualquier persona puede utilizar un desfibrilador siguiendo las instrucciones telefónicas desde la central de coordinación del 061 por parte de un médico o un enfermero", remarca Gómez Vázquez.

El consejo es claro: si una persona está inconsciente y no respira con normalidad, intervén. Es mejor iniciar maniobras innecesarias que quedarse inmóvil mientras alguien muere frente a ti.

La próxima vez que veas a alguien desplomarse en la calle, piensa esto: tú podrías ser la única oportunidad de esa persona para seguir viva. No necesitas ser un profesional sanitario. Lo urgente es actuar y no mirar hacia otro lado.

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