Cáncer
Descubren un "sistema GPS" del melanoma que podría frenar la metástasis
Científicos españoles hayan una proteína que es fundamental para guiar a las células cancerosas a medida que se propagan por todo el cuerpo.

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Investigadores del Centro de Regulación Genómica de Barcelona (CRG) han descubierto una proteína que es fundamental para guiar a las células cancerosas del melanoma a medida que se propagan por todo el cuerpo. Las células malignas se vuelven dependientes de esta proteína para migrar, lo que apunta a nuevas estrategias para impedir la metástasis.
En general, se cree que la proteína eIFA2A se activa cuando una célula sufre estrés. Esto ayuda a los ribosomas a iniciar la síntesis de proteínas. Pero, según el estudio de CRG publicado en la revista 'Sciences Advances', el eIFA2 tiene un mecanismo completamente diferente en el melanoma que ayuda a las células a controlar el movimiento.
Las células malignas necesitan abrirse paso
La autora principal del estudio e investigadora del CRG, Fátima Gebauer, explicó que "las células malignas que metastatizan necesitan abrirse paso a través de los tejidos para invadirórganos proximales o distantes". Por este motivo, la manipulación de la proteína eIF2A "podría ser una nueva estrategia para evitar que el melanoma se libere y esparza tumores en otros lugares", tal y como explica la investigadora.
Pese a representar solo una fracción de los casos de cáncer de piel, el melanoma mata a aproximadamente 60.000 personas en todo el mundo cada año.
La tasa de supervivencia, si se localiza el melanoma, es de alrededor del 99%. No obstante, esa tasa de supervivencia es mucho menor en el caso del melanoma metastásico.
El CRG subraya que comprender cómo las células malignas metastatizan es crucial para mejorar las tasas de supervivencia.
Reducir su efecto
El equipo investigador redujo los efectos de la proteína eIF2A. Lo hizo trabajando con un par de líneas celulares de piel humana que diferían solo en su potencial metastásico.
En las células cancerosas, las esferas tumorales tridimensionales dejaron de crecer y la migración a la placa de cultivo se ralentizó drásticamente. Sin embargo, la fabricación de proteínas apenas se vio afectada.
El equipo científico extrajo eIF2A de la célula utilizando un hilo de pescar molecular y catalogaron a qué proteínas asociadas estaba unida.
Muchos resultaron ser componentes del centrosoma, una estructura molecular que organiza los microtúbulos y orienta a las células durante el movimiento. Cuando eIF2A estaba ausente, el centrosoma apuntaba a la dirección equivocada mientras las células intentaban avanzar.
Otros experimentos que se realizaron posteriormente revelaron que eIF2A trabaja para preservar partes del centrosoma para que guíe a la célula en la dirección correcta durante el movimiento. La cola de la proteína es fundamental para la fuerza de migración de la célula. Al recortarle la cola, la capacidad de movimiento de la célula quedó afectada dando lugar a una potencial diana terapéutica.
Tal y como destaca Jennifer Jungfleisch, "la cola se comporta como un andamiaje, manteniendo partes clave de la brújula celular del melanoma en su lugar para que las células malignas puedan recorrer su camino fuera del tumor primario".
Por otra parte, las autoras de este estudio señalan que la dependencia de eIF2A solo surge después de una transformación maligna, lo que abre una ventana terapéutica que podría preservar los tejidos sanos.
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