Desinfección con ozono en una residencia

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Coronavirus

El ozono para combatir el coronavirus, a estudio por su idoneidad en interiores

La crisis del coronavirus ha disparado la venta de estos generadores de ozono, aunque la idoneidad de su uso es clave.

La necesidad creciente de particulares y profesionales de mantener los espacios desinfectados de coronavirus ha provocado un aumento en la venta de generadores de ozono. Sin embargo, expertos alertan sobre la necesidad de hacer un uso correcto de ellos.

Florentina Villanueva García, investigadora del Parque Científico y Tecnológico de Castilla-La Mancha, ha analizado, en una entrevista con la Agencia Efe, el uso de estas máquinas para combatir la pandemia de coronavirus. La también trabajadora Instituto de Investigación en Combustión y Contaminación Atmosférica de la Universidad de Castilla-La Mancha ha valorado su correcto funcionamiento.

Villanueva desde hace años lidera una investigación sobre monitorización de contaminantes y análisis de la calidad del aire exterior e interior. Por lo que, al margen de su capacidad de eliminar el COVID-19, comenta lo riesgos de poner uno de estos aparatos en el interior de una vivienda.

La doctora remarca que el ozono es una sustancia tóxica capaz de filtrar la radiación ultravioleta, aunque en la troposfera, donde vivimos los humanos, es un elemento “indeseable” debido a que puede afectar al sistema respiratorio y agravar enfermedades de la misma naturaleza.

Por ello, advierte que poner una maquina de ozono en un interior aumenta la concentración de esta sustancia contaminante y con ello provocar reacciones en otros elementos del aire característico del interior de las viviendas.

Una de las sustancias que podemos encontrar con facilidad en nuestro ambiente es el limoneno, propio de productos de limpieza y ambientadores. Sin embargo, al estar en contacto ambos dos reaccionan y crean formaldehído, también fácilmente acumulable en interiores.

El formaldehido, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), es cancerígeno si su concentración supera los 100 microgramos por metro cúbico cada media hora. La propia investigadora hace referencia al caso de una habitación de un niño en Puertollano donde se han hecho mediciones entorno a este valor, donde solo había un ambientador en la estancia.

“Si se usa en concentraciones que no exceden los estándares de salud pública, el ozono aplicado al aire interior no elimina eficazmente virus, bacterias, moho u otros contaminantes biológicos", afirma la Agencia de Protección Medioambiental de Estados Unidos (EPA).

Así mismo, Villanueva asegura que el ozono no se encuentra en la lista oficial de virucidas por el Ministerio de Sanidad, aunque si está permitida la comercialización de dichas máquinas. En su opinión, lo ideal es emplear estos instrumentos en altas concentraciones, siempre y cuando no haya personas presentes.

Por ello, la doctora ve incompatible tener estos generadores en funcionamiento mientras estén abiertos restaurantes y tiendas. Además, concluye que esta práctica no funciona si un contagiado no respeta ni las medidas de seguridad ni las de higiene.