Se calcula que más de 3.000 personas transexuales han perdido la vida en la última década, la mayoría en Latinoamérica. La situación del colectivo LGTBI es dispar según los países. En ocho estados se paga con la muerte.
Majandra es una activista peruana que nació en un cuerpo que no le correspondía. No se decidió a cambiar de sexo hasta que terminó la universidad, aunque las vejaciones y la marginación vino mucho antes. "En el colegio me decían: 'te van a matar por maricón, te van a matar por maricón'", afirma Majandra.
Hasta que se decidió a cambiar su cuerpo, tuvo que vivir como un varón, encerrada en un cuerpo que no era el suyo. "Tuve que vivir como chico porque no me permitían ni siquiera tener el pelo largo", comenta.
Una vez que dio el paso, los maltratos aumentaron. "Que te agredan en la calle, que te escupan, que te empujen, te insulten es una cosa diaria que muchas mujeres trans normalizamos", asegura Majandra.
Ella, incluso fue tiroteada. Fue este intento de asesinato lo que la obligó a pedir asilo en España, por el peligro que corría en su país.
Aún así, Majandra no ha tenido un buen recibimiento a la hora, por ejemplo, de buscar piso. "Siempre he encontrado respuestas de 'no eres la persona que quiero tener en casa' y no te la alquilan", cuenta.
Aún así, ella no se rinde. Ha pagado un precio muy alto por vivir como realmente se siente y no parará hasta conseguir ser una mujer libre.
Ángela Ponce, es otro ejemplo de mujer transexual que ha tenido que superar obstáculos. Su lucha la ha llevado a convertirse en la primera transexual en participar en Miss Universo: