Es un lugar paradisiaco en el que viven unas 700 personas y hasta el momento, la Isla de la Graciosa está libre de coronavirus. Uno de sus vecinos es Miguel Páez, quien ha hablado con Vicente Vallés para contar cuál es la situación en la isla.
Vicente Vallés: ¿Cómo ha cambiado la vida en la isla en estos días de estado de alarma?
Miguel Páez: La verdad es que nosotros estamos acostumbrados a que por las mañanas hubiese bastante gente por las calles paseando. A día de hoy no hay actividad, un poco por la mañana pero ya por la tarde no se escucha nada. La gente está en sus casas.
V. ¿Cómo se está produciendo el abastecimiento? porque claro, ustedes también necesitan alimentos, medicinas ¿quién es el que se lo está llevando?
M. Claro, las compañías de transporte están encargados de abastecerla Isla, en ese sentido no hemos tenido ningún problema. Lo que sí es cierto es que los establecimientos han reducido sus horarios y también han establecido medidas de seguridad.
V. Entendemos que nadie está entrando y saliendo de la isla más allá de las personas que llevan estos productos para las tiendas.
M. Claro, dado este estado de alarma lo que sí tienes que hacer para entrar o salir de la graciosa es rellenar un justificante que tiene que ser por cuestiones de trabajo o por cuestiones de salud.
V. ¿Hay muchas personas mayores que vivan en la isla?
M. Sí, hay bastantes personas mayores. De hecho uno de los mayores tiene ya 96 años. Hombres que tradicionalmente se dedicaron a la mar, mujeres que realizaban labores artesanales o subían el risco para hacer el trueque. A día de hoy estamos muy pendientes de ellos, cuidándolos porque son un valor muy importante para esta isla.