Sonia Carabantes

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INVESTIGACIÓN

Las incógnitas del asesinato de Rocío Wanninkhof 20 años después

Este miércoles se cumplen 20 años del asesinato de la joven malagueña Rocío Wanninkhof, un crimen que conmovió a la sociedad española y que causó gran revuelto por las lagunas de la investigación.

Este miércoles 9 de octubre se cumplen 20 años del asesinato de la joven malagueña Rocío Wanninkhof. Un crimen que conmovió a la sociedad española y que causó gran revuelto por las lagunas de la investigación. Dos juicios, dos jurados y dos condenadas, primero Dolores Vázquez quien permaneció 17 meses en prisión hasta que fue liberada cuando el juez decretó el sobreseimiento de la causa.

Casi cuatro años después de la muerte de Wanninkhof fue detenido su verdadero asesino, Tony King dando por cerrado así los casos más mediáticos que han sucedido en España y que 20 años después presenta muchas incógnitas aún sin resolver.

King se encuentra preso en la cárcel de Herrera de la Mancha hasta 2059, en Ciudad Real, en la que se encuentra ingresados otros asesinos mediáticos como Marta del Castillo, o José Bretón, el de los niños de Córdoba.

9 de octubre de 1999: Rocío Wanninkhof había estado con su novio, Antonio José Dorado, en su casa de La Cala de Mijas. Esa noche, sobre las 21:30, se marchó a su casa, que se encontraba a apenas 500 metros, para arreglarse y acudir junto a su pareja a las ferie de Fuengirola. Quedaron en encontrarse nuevamente en el domicilio de él, sin embargo, ella nunca llegó.

Nadie denunció su desaparición hasta pasadas varias horas. Su madre, Alicia Hornos, se preocupó al no verla en casa a la mañana siguiente y mandó a su otra hija Rosa a casa de Antonio José para ver si se encontraba allí. Al volver, contó a su madre que no se preocupara que aunque el joven no llegara a ir a la feria con Rocío, este le dijo que la habían visto por allí y que lo más probable es que se hubiera quedado ad dormir en casa de alguna amiga.

Esa misma tarde e intranquila al desconocer el paradero de su hija, Alicia salió a pasear con su compañero sentimental de aquel entonces, Juan Cerrillo, con la intención de despejarse. En su camino, se toparon con unas zapatillas de deportes, un pañuelo y manchas de sangre en el suelo.

Caprichos del destino, Alicia había encontrado la primera prueba de la desaparición de su hija. Alertó a la Guardia Civil del hallazgo, iniciándose una búsqueda que movilizó a cientos de personas y a medios materiales por aquel entonces sin precedentes. Hasta 25 millones de las antiguas pesetas llegó a ofrecer un vecino y amigo de la familia a quien pudiera facilitar una pista sobre su paradero

2 de noviembre de 1999: El cadáver de Rocío Wanninkhof fue hallado en un paraje del club de tenis, de la vecina localidad de Marbella y a 28 kilómetros del lugar donde desapareció. El cuerpo, que estaba completamente desnudo, presentaba ocho puñaladas en la espalda y una en el pecho izquierdo, además de numerosos hematomas.

La Guardia Civil puso en marcha una investigación para descubrir al autor o autores del crimen que en un primer lugar apuntaba al entorno cercano de la joven. Paralelamente, la presión social iba creciendo. Los investigadores llegaron hasta Dolores Vázquez, una mujer natural de Galicia con la que la madre de Rocío, Alicia Hornos, había mantenido una relación sentimental. Fue detenida el 7 de octubre de 2000, prácticamente un año después del asesinato.

Sin embargo, no fue su relación con Hornos la que llevó a los agentes hasta Vázquez. Fuentes cercanas al caso relatan que en el lugar donde desapareció la joven se vio un un coche de la marca Toyota Celica, rojo y con capota negra, propiedad de Dolores Vázquez, y en el que viajaban dos hombres. Este hecho –que nunca llegó a ser aclarado- unido al hecho de que el cadáver apareciese al lado del jardín de un tío de Rocío con el que Dolores Vázquez tenía muy mala relación cercaban el terreno del caso a la ex pareja de la madre.

No todos los investigadores estaban de acuerdo con que la gallega fuera detenida al considerar que no había indicios suficientes ni pruebas sólidas. Sin embargo, fue llevada a juicio acusada del asesinato de Rocío Wanninkhof.

Septiembre de 2001: Dos años después de cometerse el crimen un jurado popular declaró culpable a Dolores Velázquez y, el 25 de ese mismo mes, la Audiencia Provincial de Málaga la condenó a 15 años de cárcel. El jurado tuvo en cuenta algunas conclusiones de la Fiscalía, para quien la acusada cometió el crimen "tras una discusión acalorada" que mantuvo con la víctima, con la que a su vez se encontraba "enemistada" y a la que "hacía responsable de sus problemas sentimentales" con su madre. La resolución judicial estuvo, en parte, alimentada por el sensacionalismo de la prensa y la fehaciente defensa de Alicia Hornos de la culpabilidad de Dolores. Sin embargo, las lagunas que presentaba el caso desde un principio y por la que algunos agentes se mostraban reticentes a llevar a juicio a Vázquez, explotaron dejando a la luz uno de los mayores errores jurídicos de nuestro país. Tras 17 meses en prisión, lo que supone un total de 519 días, el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía ordenó la repetición del juicio y Dolores Vázquez fue puesta en libertad. Tiempo después el Tribunal Supremo ratificó la decisión al entender que su condena no estaba suficientemente motivada.

Agosto de 2002: El caso de Rocío Wanninkhof –reabierto por la liberación de la única acusada- dio un sorprendente giro. Sonia Carabantes, una joven de 17 años, es asesinada en la localidad malagueña de Coín. Sin ni siquiera esperarlo, el ADN hallado en el lugar del crimen coincide con los restos biológicos de una colilla de cigarros encontrada en el lugar de la desaparición de Rocío. Las muestras pertenecen a Tony Alexander King, un británico residente en Alhaurín el Grande, quien no había aparecido en el tablero de la investigación hasta ahora y al que se le buscaba por varios delitos de violación en Reino Unido. Además, su mujer testificó a las autoridades que el día de la desaparición de Rocío, el verdadero asesino llegó a casa con manchas de sangre en la camisa. Fue detenido, al igual que su amigo Robert Graham como supuesto encubridor del crimen, quien fue puesto en libertad poco tiempo después. 20 años después muchos siguen convencidos de que Graham ayudó a King a perpetuar el crimen. Paralelamente a su detención, la causa contra Dolores Vázquez se sobreseyó y no hubo un nuevo juicio.

Diciembre de 2006: Un jurado popular dictaminó que Tony Alexander King era culpable del asesinato de Rocío Wanninkhof y fue condenado a 19 años de cárcel. En la sentencia el juez matizó, no obstante, que el condenado "no actuó solo, sino en compañía de al menos dos personas". Una condena que suma a los 36 años de cárcel por el asesinato de Sonia Carabantes y a los 7 años más por el intento de violación en 2001 de una joven en Benalmádena (Málaga).

2019: 20 años han pasado desde que Rocío Wanninkhof fuera asesinado, convirtiéndose su caso en uno de los más mediáticos de España. Tras ser condenado, King, en una misiva a la madre de Rocío, culpa a Dolores Vázquez y la familia

de la joven asesinada quiere que se abra un nuevo juicio. La familia mantiene la tesis de que Vázquez, King y Graham estuvieron involucrados en el asesinato de la joven.

Por su parte, Dolores Vázquez vive en Londres, lejos de todo el acoso mediático que pudo tener su persona en el momento de su puesta en libertad. El Supremo le denegó la indemnización de 4 millones de euros que había solicitado pro sus 519 días encerrada injustamente en prisión. En 2013 aseguro que la justicia española no le había pedido perdón por el error judicial.

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