Día de la marmota

¿Es fiable la marmota Phil? Roberto Brasero explica esta tradición y los refranes de la Candelaria

El día 2 de febrero es una fecha marcada para los aficionados a la meteorología. Roberto Brasero te cuenta las fiestas que se celebran en torno a este día, la marmota Phil y la Candelaria, sin perder de vista las cigüeñas de San Blas.

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El Día de la Marmota es algo más que una fiesta en Pensilvania. Desde que se estrenó con gran éxito la película 'Groundhog Day', en España conocida como 'Atrapado en el Tiempo' y protagonizada por Bill Murray y Andie MacDowell, usamos esa expresión para referirnos a una situación que parece repetirse día tras día y de la que parece que no saldremos nunca.

Durante el confinamiento lo dijimos mucho, acuérdense. Hoy lo podremos decir con todo rigor porque es el día en que se celebra en Estados Unidos esa fiesta de la que trata el argumento de la película, y que básicamente consiste en saber si el invierno se prolongará seis semanas más, según lo que haga presuntamente la marmota, pero que en realidad es lo que interpretan una suerte de herederos de los primeros emigrantes norteamericanos.

La predicción de la marmota 'Phil'

En Punxsutawney (Pensilvania) hoy es el Día de la Marmota y Phil, el peludo pronosticador, ya ha vaticinado que habrá seis semanas más de invierno. También da un poco igual. Hay estudios sesudos que han analizado sus pronósticos a lo largo de los años y concluyen que “acierta” en un 50%. Más tajante es la conclusión de la NOAA, la agencia gubernamental de los Estados Unidos para los asuntos del tiempo y el clima, por si hacía falta aclararlo: "La fiabilidad científica de la marmota es 0".

Aquí tenemos la Candelaria

A mí me pasa como con las cabañuelas: me gusta más la fiesta, el rito, y el hecho de conservar las tradiciones y juntarse para conversar en torno a ellas, que su validez como método predictivo. En nuestro caso tenemos una sabiduría popular de la tradición oral que atesora el conocimiento de las estaciones en sentencias breves: los refranes.

Era una manera de transmitir de generación a generación cómo solía venir el tiempo en unas fechas determinadas y cómo actuar en consecuencia respecto las cosechas, o si se sembraba, etc. Y hoy, 2 de febrero es la festividad de La Candelaria. Aquí tenemos nosotros también en los refranes esas pistas que nos puedan contar si el invierno sigue o tiene pinta de terminar, como los americanos con su marmota. Dice un refrán: “Si la Candelaria 'plora' (llora) el invierno 'fora', y si le da por reír el invierno por venir”

Sería algo así como que si hay lluvia (el lloro) ya no tenemos nevadas y por lo tanto el invierno se acaba, pero si está despejado (la risa del sol) es que el anticiclón de invierno puede continuar.

Pero también continúa otro refrán: “Si no 'plora', ni dentro ni 'fora'” Y otro más dice: “Tanto si llora, como si deja de llorar el invierno está por pasar” O sea, que tenemos refranes para todo porque el tiempo no siempre solía ser el mismo, ni su evolución tampoco. Incluso hay quien dice que lo de llorar o reír no se refiere a que llueva o haga sol sino a que hubiese luna nueva o luna llena que, respectivamente, anticiparían o alejarían la primavera.

Otros animales pronosticadores

Aquí no tenemos marmotas pero tenemos otros animales relacionados con el pronóstico y con los refranes. Hoy mismo, Día de la Candelaria, es también un día de fiestas, o al menos antes lo era, en los Pirineos donde el oso forma parte de su cultura. Así, tradicionalmente por esta fecha podían salir de sus cuevas, tras la hibernación, y esos significaba que el invierno terminaba. El refranero lo deja claro: “Por la Candelaria sale el oso de la cueva; pero si hace mucho frío, se vuelve a ella". Las fiestas, con personas disfrazadas de osos, servían también para advertir de que podrían encontrarse en los bosques con este animal. Y es que aquí sabemos hacer una fiesta hasta para advertir de algún peligro.

Y mañana es San Blas y con esta festividad llegaban otras señales del tiempo en forma de animal, en este caso de aves. “Por San Blas, la cigüeña verás, y si no la vieres, año de nieves”, dice el conocido refrán, y es que antaño empezaban a verse ya en los campanarios de muchos pueblos de la Península a esas cigüeñas que habían emigrado a África cuando aquí empezaba a llegar el frío y su regreso esa señal de que empezaba ya a terminar.

Sin embargo, ahora nos cuentan los biólogos que la mayor parte de la población peninsular de cigüeñas ya no emprende ese viaje porque los inviernos no son tan fríos y porque aquí ya encuentran comida suficiente en los vertederos de las grandes ciudades. Ya no vuelven porque no se van. No te puedes fiar ya ni de las cigüeñas de San Blas.

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