Agresión

Deja inconsciente a un niño de 12 años en Estepona tras darle un puñetazo porque le molestaba el ruido que hacía con el balón

El menor jugaba al fútbol con sus amigos y uno de ellos graba la secuencia. Se aprecia cómo le agrede en el rostro. El niño tiene lesiones en el rostro.

Publicidad

Cuántas veces los padres piden a sus hijos que dejen el móvil o la tablet y salgan a la calle a jugar con sus amigos, como se ha hecho toda la vida. Liberar energía con ejercicio físico y socializar son dos actividades que siempre recomiendan los pediatras. Pero a un vecino de una urbanización de Estepona (Málaga), no le parece bien. Los hechos suceden el pasado viernes 10 de noviembre sobre las seis de la tarde, cuando el menor sale a jugar con la pelota de fútbol con sus compañeros. Se estaban pasando el balón unos a otros, cuando un vecino se le acercó.

Íker, que así se llama el preadolescente (debe su nombre al portero de Real Madrid), se da cuenta del tono amenazante del hombre. El individuo, ya conocido en la urbanización por su comportamiento conflictivo, les gritó previamente que dejaran de hacer ruido. "¿Qué pasa, es que tú eres el más chulo del barrio?", le espeta mientras le encara. El joven pide a su amigo que grabe con el móvil porque teme que algo puede ocurrir. El chaval no se amilana y se cruza de brazos ante él. Su instinto le da la razón, porque acto seguido el vecino, un hombre de 38 años, le propina un puñetazo en la cara. Íker cae desplomado, inconsciente, sobre el pequeño muro en el que estaba apoyado. El vídeo capta la imagen justo a tiempo del momento y se puede identificar al agresor.

La abuela de Íker, que ve desde la ventana de su piso a su nieto tumbado y con tumulto alrededor, acude rauda. El menor recupera pronto la consciencia y la policía acude en pocos minutos, pero el supuesto agresor ya se había ido, ni siquiera se encontraba en su casa. Se llevan a Íker al Hospital Costa del Sol y el parte médico refleja lesiones menores en el pómulo con hematomas y dolor de palpitación al abrir la boca. El agresor aún no ha sido detenido.

"La caída pudo ser mortal, se salvó por unos centímetros", alerta la madre entre lágrimas. La Policía Nacional, sobre este asunto, manifiesta que "no se le va a detener" al tratarse de heridas leves, sin daños internos. "Por la noche tuvimos que llevarle a urgencias por el dolor que le provoca la inflamación y tenía mareos y náuseas", revela la madre.

Un vecino agresivo

No es la primera vez que este vecino le declara la guerra a los muchachos que juegan al fútbol en la calle. "Vive en un bajo y le molesta el ruido, por eso le digo a mi hijo que jueguen en horas posteriores a la siesta y hasta que esté permitido por las normas de la urbanización", asegura la madre del menor, que ha hablado ante las cámaras de Atresmedia.

"Le he dicho (a Íker) que juegue y no se deje amedrentar, los niños a esas edades tienen que jugar con sus amigos, sé que otros al final se van, pero a mi hijo le he dicho que se quede, está en su derecho", afirma contundente. Y hasta ordenó al pequeño a no contestar al vecino cada vez que le recrimine algo o le amenace. "Te voy a matar" o "me vas a buscar la ruina", le llegó a decir en otra ocasión al niño, según la madre. La progenitora recuerda que en otras ocasiones ha intentado hablar con este vecino para hacerle entender que tanto Íker como sus amigos tienen todo su derecho a jugar, pero según ella, no atiende a razones.

La animadversión de este individuo, según siempre la versión de la madre del pequeño agredido, viene de lejos. "Un día mi madre se encontró las cuatro ruedas del coche pinchadas y él (el vecino) nos dijo que era el karma por el ruido del balón, nosotras denunciamos, pero se quedó en nada por no tener pruebas", comenta.

El miedo se ha instalado en esta familia, especialmente en Íker, que teme salir a la calle. "Mientras esté libre no estamos seguros. Íker no es capaz de dormir bien, tiene ansiedad y por las noches sufre pesadillas porque cree que lo persigue para pegarle otra vez", recuerda. La denuncia fue interpuesta en una comisaría de la Policía Nacional de Estepona, pero será la autoridad judicial la que imponga finalmente algún tipo de sanción o condena. "Como mínimo, una orden de alejamiento", desea la madre.

Publicidad