El informe 'State Global Air: contaminación del aire y salud', muestra que respirar aire tóxico -tanto dentro como fuera de la vivienda- reduce la esperanza de vida 20 meses, casi lo mismo que se ve reducida la esperanza de vida de un fumador, 21 meses, según informa Telegraph
La contaminación del aire contribuyó, en 2017, a casi cinco millones de muertes por accidente cerebrovascular, ataque cardíaco, diabetes, cáncer de pulmón y enfermedad pulmonar crónica.
Los niños nacidos en los países más contaminados del mundo como Bangladesh, India, Nepal y Pakistán, se enfrentan a la mayor amenaza de contaminación atmosférica. Según el informe, los bebés nacidos en esos países se enfrentan una pérdida de vida de aproximadamente dos años y seis meses.
El informe, publicado por el Health Effects Institute de Estados Unidos en conjunto con las universidades de Washington, Texas y Columbia Británica, analiza el riesgo de contaminación del aire en el ambiente frente a la contaminación doméstica. Respirar aire contaminado dentro de las viviendas puede reducir la esperanza de vida en nueve meses, frente a un año por la contaminación del aire exterior.
La contaminación atmosférica es el quinto factor de riesgo de mortalidad en todo el mundo: detrás de una dieta deficiente, presión arterial alta, consumo de tabaco y niveles altos de azúcar en la sangre, según averiguó el estudio Global Burden of Disease
La investigación detalló que China e India juntas fueron las responsables de más de la mitad del número total de muertes globales por contaminación en 2017. China ha comenzado a reducir la contaminación del aire. Sin embargo, Pakistán, India y Bangladesh han experimentado un aumento de los niveles de contaminación desde el año 2010.
"La salud de un niño es fundamental para el futuro de todas las sociedades, y esta evidencia más reciente sugiere una vida mucho más corta para cualquier persona nacida en un ambiente altamente contaminado", dijo Dan Greenbaum, presidente del Instituto de Efectos para la Salud.
"En gran parte del mundo, simplemente respirar en una ciudad promedio es el equivalente en salud a ser un gran fumador", añadió Dan Greenbaum.
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