Sentencia por negligencia

Condenan al SAS a indemnizar a la familia de un paciente fallecido en Granada tras esperar casi un día por atención cardiológica

La sentencia reabre el debate sobre la atención sanitaria en Andalucía tras conocerse que la Justicia ha condenado al Servicio Andaluz de Salud (SAS) a indemnizar a la familia de un hombre que falleció en un hospital granadino tras permanecer 19 horas esperando a ser evaluado por un cardiólogo.

El servicio andaluz de salud tendrá que pagar 25.000€ a un paciente por operarle el tobillo equivocado

El servicio andaluz de salud tendrá que pagar 25.000€ a un paciente por operarle el tobillo equivocadoEl servicio andaluz de salud tendrá que pagar 25.000€ a un paciente por operarle el tobillo equivocado

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El fallo, que ha sido confirmado por el tribunal, establece que existió una negligencia asistencial que vulneró el derecho del paciente a una atención médica oportuna y adecuada.

Los hechos ocurrieron en el Hospital Universitario Virgen de las Nieves de Granada, cuando el paciente, de edad avanzada y con antecedentes cardiovasculares, ingresó por urgencias tras presentar síntomas compatibles con una dolencia cardiaca. Pese a la gravedad del cuadro clínico y a que los facultativos de guardia reconocieron la necesidad de una valoración urgente por parte del servicio de Cardiología, dicha asistencia no se materializó hasta casi un día después.

La tardanza, clave en el empeoramiento del paciente

Durante ese tiempo, el estado del paciente se deterioró de forma progresiva. Los familiares, que se encontraban presentes en el hospital, alertaron en varias ocasiones al personal sanitario de que el enfermo estaba empeorando, pero no se tomaron medidas eficaces ni se activaron protocolos de derivación urgente. Finalmente, el hombre sufrió un colapso que resultó fatal antes de que pudiera ser valorado por un especialista.

La familia interpuso una reclamación patrimonial contra el SAS, asesorada por una asociación de defensa de los derechos del paciente. El procedimiento judicial ha concluido ahora con una sentencia firme que reconoce la responsabilidad de la administración sanitaria y obliga al pago de una indemnización económica, cuyo importe no ha sido revelado públicamente por respeto a la privacidad de los afectados.

No hubo garantía de atención

En su resolución, el juez reprocha al SAS no haber activado los mecanismos necesarios para garantizar la atención cardiológica que el paciente requería con urgencia. Considera que hubo una cadena de omisiones que derivaron en un desenlace que podría haberse evitado, de haberse seguido las pautas clínicas habituales y los tiempos asistenciales adecuados.

El caso ha generado indignación entre colectivos de pacientes y asociaciones profesionales, que denuncian la saturación de ciertos servicios hospitalarios y la escasez de especialistas en determinadas áreas. Reclaman una revisión profunda del sistema de guardias y la dotación de recursos para que ningún paciente tenga que enfrentar demoras tan prolongadas en situaciones críticas.

Mientras tanto, la familia del fallecido ha declarado que su objetivo no era otro que evitar que más personas pasen por una situación semejante. “No se trata solo de una compensación económica, sino de que se reconozca que se cometió un error grave. Mi padre merecía otra atención, y queremos que su caso sirva para que no vuelva a repetirse”, señaló uno de los hijos tras conocer la sentencia.

La indemnización puede ser cuantiosa

Aunque los detalles concretos del monto aún no se han divulgado, se espera que la resolución incluya una cifra significativa que reconozca el perjuicio sufrido por la familia. Si estás interesado, te recomiendo estar atento a las actualizaciones del tribunal o al SAS, que podrían compartir el importe en comunicaciones oficiales o medios locales.

Este tipo de sentencias habituales en casos de demora médica suelen implicar compensaciones que varían en función de los daños materiales, morales y familiares acreditados. En casos similares ocurridos en Andalucía, las indemnizaciones han oscilado entre decenas y varios cientos de miles de euros. Por ejemplo, hubo una indemnización de 211.000 € tras diagnosticarse erróneamente un cuadro de ansiedad cuando había un infarto real, y otra de 259.000 € por un cáncer diagnosticado con excesiva tardanza.

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