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Violencia de género

Catalina Zeigen, superviviente de violencia de género: “Hay que denunciar pero después tienes que tener a alguien que te apoye"

Catalina Zeigen recibió su primer golpe a los 15 días de casarse. Tras varios años de sufrimiento, un día salió de su casa en pijama y dijo “basta”. Ahora vive en paz y tranquila mientras ayuda a otras mujeres que están en una situación parecida a la que ella sufrió.

Catalina Zeigen es una mujer valiente que ha conseguido salir de la espiral de violencia de género que sufrió en su matrimonio. Catalina recibió su primer golpe a los 15 días de casarse.

La primera agresión

“Me cogió del cuello y me tiró en la cama de una manera muy fuerte. No supe cómo reaccionar”. Así recuerda Catalina cómo fue su primera agresión. Acababa de llegar a España con su ex marido desde Colombia. Sólo llevaban 15 días casados y tenían una hija en común. “Pensé que eso era algo puntual, pero no lo fue”, continúa.

Y cómo este, Catalina relata muchos más episodios de malos tratos físicos y psicológicos: “No me permitía ducharme sola, me obligaba a lavarle su ropa a mano. Una vez me golpeó tan fuerte que me dejó inconsciente, cuando desperté estaba viendo la tele como si nada”.

La culpa

Tras las agresiones, explica, llegaba la culpa: “Me decía: es que tú me provocas” y Catalina dice que llegó a creérselo. “Es tan machacante que lo tienes tan interiorizado que estás bloqueada completamente”.

Su situación fue aún más complicada porque su entorno estaba lejos: “Me sentía sola, no tenía a mi familia, no tenía gente conocida. Me daba vergüenza ir a alguien a contárselo”. Por eso resalta lo importante que es hablarlo: “Hay muchísima gente que quiere ayudar”.

"Ya o nunca"

En su caso, sus vecinos estaban ahí cuando salió de su casa, en pijama, tras una discusión –y posterior agresión- por el desayuno. Sus hijas lo presenciaron todo y ese día: “Mi cabeza dijo o es ya o no es nunca”, mantiene.

Ese “ya” le abrió las puertas a una vida nueva. Catalina insiste: “Hay que denunciar” pero deja claro que la ayuda es fundamental porque, asegura, tras la denuncia, el camino sigue siendo largo. “Cuéntalo a tu familia y diles necesito ayuda”, incide.