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SU LANZAMIENTO ESTABA PREVISTO PARA 2014
Paralizan la primera vacuna contra la tuberculosis por falta de dinero
Se trata de la primera vacuna terapéutica contra la tuberculosis y ha sido desarrollada por el hospital Germans Trias i Pujol de Badalona (Barcelona) en colaboración con la compañía Archivel Farma y que tenía previsto salir al mercado en 2014, no puede realizar su último ensayo clínico por falta de financiación.
La vacuna, bautizada con el nombre de "Ruti", tenía que comenzar su última fase de pruebas en 2011 y empezar a comercializarse en 2014, según las previsiones del microbiólogo Pere Joan Cardona, el investigador que ha liderado su desarrollo.
Última fase
Cardona ha explicado que la vacuna está lista a falta sólo de la última fase del ensayo clínico, la fase 3, que consiste en probarla en al menos 1.000 enfermos de tuberculosis para que la Agencia Europea del Medicamento autorice su comercialización. El microbiólogo ha cifrado en 1,5 millones de euros el dinero necesario para que esta primera vacuna terapéutica contra la tuberculosis llegue al mercado.
Se necesitan 1,5 millones de euros
El retraso en esta última fase por falta de ensayo clínico hará que en vez del año próximo, cuando estaba previsto que la vacuna saliese al mercado, no esté en las farmacias al menos hasta el 2016, porque Cardona se ha mostrado esperanzado en que finalmente la financiación llegará.
"El problema es que la tuberculosis es una enfermedad estigmatizada, la gente se cree que sólo afecta a un determinado colectivo sin recursos, y no es verdad, se transmite por el aire y puede afectar a cualquier persona, rica o pobre". "La gente no percibe el riesgo de la tuberculosis y no se identifica con los que la padecen", ha señalado el doctor.
Quizá por eso, ninguna farmacéutica quiere arriesgar su dinero en la última fase del proyecto, que incluso ya cuenta con una planta de producción de la vacuna, capaz de elaborar dos millones de dosis al año, en un polígono industrial de Badalona. Cardona ha recordado que sólo en EEUU se tratan cada año 300.000 enfermos de tuberculosis, y otros 150.000 en Europa, y que la patología mata cada año a 1,5 millones de personas en el mundo, "aunque no causa la alarma que provoca, por ejemplo, la gripe".
13 años de estudios
El microbiólogo ha explicado que la última fase del proyecto que necesita financiar consiste en comparar con un mínimo de mil pacientes si a los que se les suministra tratamiento y además su vacuna mejoran con respecto a los que sólo toman la medicación habitual, algo que ya han comprobado en ensayos preclínicos.
Ninguna farmacéutica quiere arriesgar su dinero
En el desarrollo de esta vacuna, que se inició hace 13 años, se han invertido ya unos 15 millones de euros y han participado medio centenar de investigadores.
"Estamos viviendo épocas económicas muy duras, cada día veo caer grupos de investigación", ha reconocido el doctor, que se ha reunido con 23 consorcios europeos y no ha conseguido la financiación para culminar su vacuna terapéutica contra la tuberculosis.
Tampoco la Fundación Bill Gates ha escuchado la necesidad financiera de este proyecto terapéutico, según ha dicho Cardona, que cree que la vacuna profiláctica, por la que apuesta el filántropo informático, contra la tuberculosis "es una quimera".
"Cada vez hay más competición por el dinero, y menos dinero para investigación", ha lamentado el microbiólogo, que recuerda que en España se invertían 9.600 millones de euros en I+D en 2009 y el año pasado poco más de 6.000.
"Cuando una empresa de biotecnología va al banco a pedir un crédito y le piden avales, presentamos nuestro laboratorio, nuestra maquinaria de alta tecnología o nuestra planta de producción de la vacuna, y nos dicen que eso no vale nada, cuando en realidad cuesta una millonada", se ha quejado Pere Joan Cardona.
Es lo que le ha sucedido a la empresa Archivel Farma, que ha desarrollado la vacuna sobre la base de investigaciones realizadas en el Hospital Germans Trias i Pujol En estudios preclínicos, la vacuna terapéutica contra la tuberculosis ha demostrado tener una acción terapéutica y potenciar el efecto antibiótico, evitando la progresión de la infección y la carga de bacilos, además de tener una actividad profiláctica.
La vacuna fue administrada a voluntarios sanos y también aplicada en un ensayo de fase II en Sudáfrica a 100 personas con infección tuberculosa latente, la mitad de las cuales era además portadora del virus de la inmunodeficiencia humana.
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