Guerra Rusia y Ucrania

Los rostros de las torturas rusas: "Me hicieron moratones en la espalda con la forma de la letra Z"

"Cuando te ponen una bolsa en la cabeza y te golpean no puedes hacer nada", asegura una mujer víctima de las torturas de las tropas de Putin en Jersón.

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Rusia afianza su victoria en Soledar, la ciudad ucraniana que pertenece al óblast de Donetsk. Al menos es lo que asegura Moscú, que ya la da por conquistada, aunque Ucrania lo niega. Desde la ONU han alertado de la situación de los civiles atrapados allí, mientras que la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) se ha mostrado partidaria de establecer vías de diálogo con los rusos con la condición de que detengan la invasión.

Las autoridades ucranianas creen que el Kremlin está movilizando tropas desde los campos de entrenamiento de Bielorrusia y Rusia hacia las fronteras. "El enemigo sigue concentrando sus principales esfuerzos en la región de Donetsk. La mayor actividad del enemigo se observa en las direcciones de Bajmut, Lyman y Avdiivka. La situación en las zonas de combate sigue siendo difícil", ha apuntado la inteligencia de Defensa de Ucrania.

Los rostros de las torturas

Mientras Rusia continúa con sus movimientos tácticos y estratégicos, hoy han salido a la luz nuevos testimonios de las torturas del ejército invasor en Jersón. "Cuando tienes una bolsa en la cabeza y te golpean, hay un vacío, no puedes respirar, no puedes hacer nada", ha explicado una de las víctimas.

Otro joven ha recordado el momento en el que fue capturado y golpeado por los militares de Putin. "Me hicieron moratones en la espalda con la forma de la letra Z", una especie de símbolo de guerra.

Testimonios como el de Oksana Minenko de 44 años, que vive en la ciudad de Jersón, y cuenta cómo entraron a la fuerza en su casa y la torturaron en repetidas ocasiones. Sumergieron sus manos en agua hirviendo, le arrancaron las uñas y le golpearon en la cara con la culata de un rifle hasta llegar a deformarla: “Me preguntaron si cooperaría o no. Dije que no, así que ellos hirvieron un poco de agua y dijeron que si no iba a trabajar con ellos, entonces no necesitaba manos”.

Su marido luchaba en el frente y murió cuando defendía el puente Antonivskyi en Jersón: “Me pusieron al lado de la tumba de mi esposo, cerré los ojos y sentí las balas pasar. Sólo rezaba para que todo terminara y me fuera con mi marido, así no tendría que sufrir más.”

El fiscal de crímenes de guerra de Ucrania, Yuriy Belousov, ha dicho que las autoridades han identificado una decena de sitios en la región de Jersón en los que los militares rusos llevaron a cabo detenciones ilegales. Allí se torturaron a cientos de personas. Las autoridades ucranianas esperan que las cifras aumenten a medida que continúa la investigación tras la retirada de Rusia a mediados de noviembre de dicha ciudad.

Se han abierto investigaciones preliminares sobre presuntas detenciones ilegales a más de 13.200 personas. De los más de 50.000 informes de crímenes de guerra registrados, más de 7.700 provienen de la región de Jersón.

A Liudmyla Shumkova, de 47 años, y a su hermana de 53 años, las detuvieron durante más de cincuenta días. Las tropas enemigas les preguntaron por el hijo de su hermana porque pensaban que era uno de los que luchaba en el frente. Así lo cuenta su abogada: “Cuando la detuvieron en su casa la golpearon, la amenazaron con quitarle a su hijo, y cortarla en pedazos. Luego, cuando ordenaron que la interrogaran la golpearon fuertemente, y la torturaron. La esposaron, la electrocutaron, y la golpearon con una porra”.

Unos testimonios que relatan el horror de la guerra, las víctimas civiles que se está cobrando desde que el ejército de Putin invadió Ucrania.

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