Imagen de archivo de un lobo

Publicidad

en el bosque de Limburgo, en Flandes

Ofrecen una recompensa de 30.000 euros por saber quién mató a la loba Naya

Varias asociaciones de protección de animales han ofrecido esta recompensa a quien de información que ayude a identificar a quién mató a Naya, el primer lobo avistado en Bélgica en un siglo.

Varios asociaciones de protección de animales han ofrecido una recompensa de 30.000 € por algo de información que ayude a identificar a quién mató a Naya, el primer lobo avistado en Bélgica en un siglo. La llegada del lobo completó el regreso del depredador a todos los países continentales de Europa, haciendo retroceder décadas de persecución.

Naya y sus cachorros fueron vistos por última vez en mayo en el bosque de Limburgo en Flandes, pero se supone que fue asesinada por cazadores profesionales.

Tres organizaciones, Bird Protection Flanders, Animal Rights y Nature Aid Center, están ofreciendo 20,000 € por información que conduzca al descubrimiento de los responsables. Un empresario de Wilrijk, al sur de Amberes, le ha dado a Bird Protection Flanders otros 10.000 € con la esperanza de que una mayor oferta de efectivo de nueva información.

"Lo que cuenta es que la persona que hizo esto no se salga con la suya", dijo Bird Protection Flanders en un comunicado recogido por The Guardian. "Está claro que la gente ya no acepta que algunos tienen el derecho de decidir por sí mismos qué animales tienen permiso para vivir y cuáles no. Antes de la recompensa, la investigación estaba en declive. Sin prueba, no hay demanda. Sin pleito, sin convicción", señala.

La Agencia de Naturaleza y Bosques concluyó que Naya fue asesinada por cazadores organizados, dada la naturaleza del bosque en el que vivía el lobo. "Los perpetradores han invadido el área inaccesible para encontrar y matar a la loba con sus cachorros en el nido", dijo un portavoz de la agencia.

Naya, originaria del este de Alemania, fue vista por primera vez en Bélgica en la provincia nororiental de Limburgo en enero de 2018. Le pusieron un collar que contenía un transpondedor para rastrear sus movimientos.

Publicidad