Cuatro muertos y 14 heridos en un tiroteo a la salida de una discoteca en Chicago

Un nuevo tiroteo masivo ha sacudido la ciudad de Chicago. Al menos cuatro personas han fallecido y catorce han resultado heridas durante un ataque a las puertas de una discoteca ubicada en el barrio de River North, una zona conocida por su alta actividad nocturna y turística. El suceso tuvo lugar en la madrugada del jueves, cuando un vehículo se detuvo frente al local y, según han confirmado fuentes policiales, al menos una persona armada abrió fuego contra el grupo de personas que esperaba en el exterior.

Tras la agresión, el atacante huyó en el mismo vehículo y permanece en paradero desconocido. Por el momento, no se han producido detenciones y la investigación sigue abierta. Las autoridades han pedido colaboración ciudadana para recabar testimonios o grabaciones que puedan ayudar a identificar al responsable o los responsables del tiroteo.

El barrio de River North, escenario del ataque

El ataque se registró frente a un conocido club nocturno, en una de las zonas más transitadas de la ciudad. Testigos presenciales han relatado escenas de pánico en las calles, con decenas de personas corriendo para protegerse. La Policía acordonó el área y se desplegaron unidades de emergencia para atender a los heridos, algunos de ellos en estado grave.

Las primeras investigaciones apuntan a un tiroteo sin aviso previo ni enfrentamiento previo, lo que refuerza la hipótesis de una acción deliberada desde el vehículo. La Policía de Chicago ha confirmado que el caso se está tratando como violencia armada premeditada.

Una epidemia de tiroteos en Estados Unidos

El ataque eleva a 195 el número de tiroteos masivos en lo que va de 2025, según datos actualizados del Gun Violence Archive. Las cifras acumuladas reflejan una situación crítica: más de 7.400 personas han muerto este año por armas de fuego en el país y otras 13.200 han resultado heridas.

Los tiroteos se han convertido en un fenómeno recurrente, especialmente en espacios públicos, aumentando la percepción de inseguridad y vulnerabilidad entre la población. La falta de una legislación federal restrictiva ha generado un debate permanente sobre el control de armas, mientras los episodios de violencia se siguen sucediendo.

Mientras se suceden los llamamientos institucionales a colaborar en la investigación, crecen también las demandas sociales de responsabilidad política. Desde asociaciones vecinales hasta representantes municipales, la presión se centra ahora en la adopción de medidas inmediatas y eficaces para frenar esta escalada de violencia.

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