Bo Xilai

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TIENE DIEZ DÍAS PARA APELAR

Cadena perpetua para el exdirigente chino Bo Xilai

El mayor escándalo político de los últimos años concluye con la condena a Xilai por aceptación de sobornos, malversación de fondos y abuso de poder. Aunque en un futuro pudiera salir de prisión por buen comportamiento, es seguro que al menos pasará allí una década.

El exdirigente chino Bo Xilai fue condenado a cadena perpetua, tras ser declarado culpable de los delitos de aceptación de sobornos, malversación de fondos y abuso de poder, una sentencia que, a todas luces, pone fin a su carrera pública.

El Tribunal Intermedio de Jinan descartó los argumentos presentados por la defensa e impuso a Bo la cadena perpetua por aceptar sobornos valorados en 3,3 millones de dólares. El tribunal, que le encontró también culpable de la malversación de unos 813.000 dólares en fondos públicos, le impuso además una pena de quince años de prisión por este delito, así como otros siete años por abuso de poder. Las tres penas se cumplirán de manera simultánea.

El exsecretario general del Partido Comunista en la ciudad de Chongqing verá también confiscadas sus propiedades personales y perderá de por vida sus derechos políticos.

La sentencia supone un duro golpe a las esperanzas de Bo, de 64 años, de relanzar en algún momento su carrera política. Si bien existe la posibilidad de que se le conmute la pena por buen comportamiento, es altamente improbable que esto suceda antes de que pase al menos una década de prisión.

En una carta a sus familiares divulgada la semana pasada, Bo había declarado su convencimiento de que "algún día" su nombre quedaría limpio. Hasta entonces, aseguró, tomará ejemplo de su padre, Bo Yibo, un alto dirigente chino purgado durante la Revolución Cultural, y "esperaré tranquilamente en la cárcel".Tiene diez días para apelar a partir del lunes.

El tribunal hizo únicamente una concesión al exdirigente: determinó que había insuficientes pruebas para pensar que Bo hubiera aceptado billetes de avión por valor de 280.000 dólares de Xu Ming.

El juicio culmina el mayor escándalo político de los últimos tiempos en China, que estalló cuando, el año pasado, Wang Lijun trató de pedir asilo en un consulado estadounidense. Allí, Wang denunció que Gu Kailai había matado meses antes al empresario británico Neil Heywood, cuya muerte se había atribuido hasta entonces a un exceso de alcohol. Gu fue sometida a juicio en agosto del año pasado y condenada a pena de muerte suspendida, lo que en la práctica equivale a una cadena perpetua.

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