La Unidad de Hemodinámica del hospital Joan XXIII de Tarragona cierra a las cinco de la tarde. Éste es el horario. Y si uno tiene la mala suerte de llegar después, tendrá que ser trasladado a otro centro hospitalario.
El problema llega cuando el enfermo sufre alguna dolencia grave como una crisis cardiaca. Aún así, tendrá que ser tratado en Barcelona, como reconoce el propio jefe del servicio de Cardiología del Joan XXIII, Alfredo Bardají.
Es lo que le ocurrió a un paciente de 64 años -avanzado por el diario 'Més Tarragona'- que el pasado 19 de diciembre sufrió un infarto de miocardio y no fue atendido en la Unidad de Hemodinámica del hospital de Tarragona, porque llegó media hora antes de su cierre. Le trasladaron a Barcelona y allí fue tratado. Una vez fuera de peligro, le trasladaron de nuevo al Joan XXIII y allí permaneció varios días ingresado hasta su total recuperación.
El enfermo, Felipe Rivas, está dispuesto a hacer lo que sea necesario para que un caso como el suyo no vuelva a repetirse. Ha enviado, de momento, una carta al president de la Generalitat, Artur Mas, denunciando que "los recortes en sanidad pusieron en peligro su vida".
Rivas también ha remitido el escrito al Ministerio de Sanidad.