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ESTRATEGIA PARA EL 21-D

Los independentistas cambian la autocrítica por acusaciones

Las palabras de Marta Rovira, diciendo que el Estado amenazó con muertos, suponen una escalada más en la guerra de declaraciones. Lo que ha hecho Rovira es marcar a los suyos una línea a seguir en este arranque de la precampaña. Una línea consistente en evitar la autocrítica por el fracaso del proceso, y culpar al Estado por amenazar con el supuesto uso de la violencia extrema.

El discurso secesionista se adapta a cada paso, se estira o se encoge en función del momento. Si tras el 1 de octubre la independencia era el único camino, esta semana comenzaba con pasos atrás. Desde ERC, Joan Tardá decía: "¿Saben por qué todavía no somos independientes? Porque no hay una mayoría de catalanes que lo han querido...". Y Anna Simó: "Visto los visto, en esta legislatura la vía unilateral es imposible".

Los propios exconsellers hasta han renegado de su mandato. Santiago Vila reconocía que "es una legislatura de la que nadé se puede sentir orgulloso". Y Clara Ponsatí creía "que no estabamos preparados, no, no lo estábamos...". Y hasta Puigdemont, donde dijo independencia, el lunes pedía "una declaracion de interdependencia con el Estado".

Hoy el argumentario es otro, ya no hay errores y autocrítica, la culpa dicen es del Gobierno, y vuelven a rescatar el mensaje de la violencia. Puigdemont en Twitter habla de Estado de miedo y pide a los independentistas unidad para superarlo juntos. De su partido, Neus Munté, dice que el Estado español tiene una "posición autoritaria y antidemocrática". Hasta que hoy la secretaria general de ERC, Marta Rovira, habla de que el Estado quería poner "muertos en la calle". Aun quedan 34 días de estrategias para intentar atraer el voto el 21 de diciembre.

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