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"No podré demostrar si mi instrucción sobre el 'caso Blesa' era buena si no me dejan terminarla".  El juez Elpidio José Silva, que se sentará en el banquillo el próximo 16 de octubre por la querella de la Fiscalía en el 'caso Blesa', se ha mostrado convencido de que a la larga se demostrará que la instrucción que él estaba llevando a cabo era "sobradamente" acertada.

Silva ha señalado que aunque lo parezca, la investigación no es "cosa de horas" y que si decidió decretar prisión para el expresidente de Caja Madrid es porque "además del riesgo de fuga, era muy importante preservar que no va a haber relaciones o conversaciones que estén implicadas en el proceso".

"El sistema judicial está siendo perjudicado por gente que trabaja en él"

El juez Silva ha querido reseñar que el fiscal que se ha querellado contra él tiene también una querella presentado por Manos Limpias. "Esto es un espectaculo que me costaría explicarselo a compañeros franceses y británico", afirmó.

En todo momento, Silva ha señalado que su conciencia está tranquila porque siempre se ha sometido al imperio de la ley: "Soy un funcionario publico que trato igual a cualquier ciudadano (...) lo he demostrado durante 20 años".

Además, ha hecho hincapié en la dificultad de desarrollar procedimientos contra personas que tienen una relevancia social, ya que "el asunto se complica" y "un auto que puede ocupar tres folios si se tratara de cualquier otro ciudadano, en su caso debe ocupar 50"

El juez ha arremetido contra el sistema judicial, del que dice haber recibido "todo tipo de presiones", refiriéndose a sanciones disciplinarias, medios de comunicación mal informados y personas que hablan sin conocer, y afirmó: "Hay gente que entra en el sistema porque lo quieren, y puede haber gente dentro de él que lo está atacando".

El magistrado también criticó haber sido víctima de todo tipo de acusaciones a nivel personal, y se preguntó si alguien que sufra realmente algún tipo de desequilibrio mental hubiera soportado esa tensión.

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