Huelga de transportes

Preocupación en los mercados por el desabastecimiento de productos frescos

La huelga de transportistas en España comienza a tener consecuencias y una de ellas es, por ejemplo, el desabastecimiento en el sector lácteo.

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A la huelga de transporte se le suma la flota amarrada debido al incremento del precio del gasoil y, ahora, el temporal en el mar que está viviendo buena parte de la costa de Galicia. Hoy comprobamos cual es la situación en la Plaza de Abastos de Pontevedra, donde por el momento no falta mercancía, pero cuyos vendedores miran con preocupación a los próximos días.

"Ahora mismo tenemos de todo, no hemos notado la falta de nada en concreto, pero los almacenes sí que se empiezan a vaciar y eso se va a notar en el mercado". La que habla es María, mientras coloca la fruta en su puesto en pleno centro del mercado pontevedrés. “Traemos algunas verduras de productores locales y ahí estamos cubiertos, pero lo que viene de otros sitios como Murcia, por ejemplo, no está llegando”.

Muchos pequeños vendedores pudieron superar esta primera semana porque los almacenes locales en los que se abastecen habían cargado sus naves hasta arriba la semana anterior. Las pequeñas furgonetas de reparto, hasta ahora, han quedado fuera de la huelga, por lo que sí se pudo trasladar esa mercancía hasta el consumidor final. Algo que no han podido hacer los camiones de los grandes supermercados. “Yo voy con mi furgoneta y no me han parado los piquetes”, afirma María.

Lo mismo ocurre con la carne. “La semana pasada ya sabíamos que iba a haber huelga, así que cargas un poco más, pero es un producto perecedero, puedes aumentar un poco el stock pero no tanto”. Maca es carnicero y nos enseña el único lacón que le queda de una fila en la que suele haber unos 15. “Es que además la gente también está comprando más por ese miedo al desabastecimiento, entonces estamos en la misma”. Él calcula que un 50% de sus proveedores no le están abasteciendo, y ya tiene claro que el domingo no irá a por el ganado que suele comprar cada semana para llevar al matadero. “Es que ya sé que no va a poder salir”.

Echando un ojo a la plaza, la imagen que nos encontramos dista mucho de ser la habitual. Muchos de los puestos de pescado están vacíos, aunque los motivos son muchos, hay producto nos dicen, pero no clientes.

Algunas compañeras ya deciden no venir porque se dedican a especies que tienen poco margen y además hay poca clientela”. Santi sí que ha llenado hoy su puesto, nos cuenta que tiene pescado suficiente para vender, aunque sí que faltan cosas. “Hoy jueves en la lonja ya no había salmón por ejemplo, pescado de fuera nada, pero los que estamos cerca de la costa, el pescado de aquí sí que lo tenemos”.

Lo que sí han notado es que hay menos barcos faenando. A la subida del precio del gasoil se le une que hay temporal en el mar por lo que es más difícil aún conseguir el pescado. “Y también hay barcos que dejaron de salir porque su pescado va todo para Madrid por ejemplo, esos ya no van porque ya saben que no lo van a poder vender”.

Una pescadilla que se muerde la cola, nunca mejor dicho. Un lugar, el mercado, en el que confluyen muchas variantes con una misma consecuencia, menos ingresos para los vendedores.

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