Doñana
300 viviendas, hoteles y un campo de golf: el megaproyecto a 5 km de Doñana que enfrenta a Gobierno y Junta de Andalucía
La construcción de esta macrourbanización en Trebujena, Cádiz, lleva 20 años sobre la mesa. Ahora, la Conferencia Hidrográfica del Guadalquivir, que es la que tiene la última palabra, asegura que el proyecto no se puede llevar a cabo.
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"Yo creo que no se va a construir un megaresort de lujo con campo de golf, es muy difícil", así de contundente ha sido la vicepresidenta tercera Teresa Ribera al ser preguntada por el megaproyecto en Trebujena al que la Junta de Andalucía ha dado luz verde. "Todos sabemos la presión que hay para poder garantizar el agua en esa zona, no entiendo cómo es posible que la Junta de Andalucía haya tomado esta decisión tan absurda", ha añadido Ribera. Pero para entender bien cómo hemos llegado hasta aquí tenemos que retroceder a 2003. En ese momento, es el proyecta esta macrourbanización que, en un principio, iba a contar con 300 villas, hoteles y hasta un campo de golf. El objetivo, entonces, era impulsar el uso turístico y la actividad económica en un municipio que presentaba tasas regresivas de crecimiento.
La Junta confirma que el proyecto es viable
La controversia está en el lugar elegido para levantar este megaproyecto. Estaría enfrente de Doñana, en la otra ribera del río Guadalquivir, a apenas 5 kilómetros. "No estamos de acuerdo con que se lleve adelante", ha expresado Carlos Molina, técnico de Seo BirdLife en Doñana. En la misma línea, ha hablado en el parlamento andaluz José Ignacio García, de Adelante Andalucía: "le pedimos a la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir que no dé autorización porque no hay agua para este proyecto que es un auténtico atentado medioambiental contra Doñana y contra los agricultores de la zona". La Junta de Andalucía, en su Declaración Medioambiental Estratégica, da su visto bueno: "se informa la disponibilidad de recursos hídricos en los términos planteados". Pero advierte sobre "la inundabilidad y la viabilidad del movimiento de tierras", el texto confirma "el riesgo que supone la magnitud de la obra".
El Gobierno tiene la última palabra
"Nosotros hacemos un informe y, a partir de ahí, sigue su trámite y ahora le compete al Estado decidir si hay agua o no", así lo ha explicado Juanma Moreno, presidente de la Junta. La última palabra la tiene la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, que depende del Gobierno, pero la Junta insiste en que, en los últimos tres años, les han preguntado hasta en tres ocasiones por este tema y nunca han recibido una respuesta. Ramón Fernández-Pachecho, portavoz de la Junta defiende las conclusiones de su Declaración Ambiental Estratégica "no estamos hablando de Doñana. No tiene nada que ver, está en la otra ribera del río Guadalquivir" y se dirige directamente a la vicepresidenta Ribera: "Se ha quitado de una vez la careta de la institucionalidad para convertirse en una hooligan radical a la que solo le preocupa el medio ambiente en la medida en que puede utilizarlo como arma electoral". Este debate sobre el megaproyecto de Trebujena podría terminar muy pronto porque la Confederación ha hablado y asegura que no se puede construir "porque en el Plan de Recursos del Guadalquivir 22-27 no está recogida su planificación".
El ayuntamiento cambia de opinión
En Trebujena, los vecinos no están ni a favor ni en contra del proyecto pero reconocen que es demasiado complejo en un momento en el que la sequía causa estragos en la zona. "Quizás tenía alguna razón de ser hace 20 años, en una situación completamente diferente a la actual", nos dice Ramón Galán, alcalde de Trebujena. Pero, ahora mismo, no apuestan, dice, por este modelo de desarrollo urbanístico, "creemos que no es el modelo que necesita el pueblo y creo que es completamente incompatible con la crisis climática que estamos viviendo". Pese a que el proyecto lo impulsó un alcalde de su mismo partido (Izquierda Unida), 20 años después, el ayuntamiento cambia de opinión y espera que la macrourbanización no siga adelante.
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