Pádel

VÍDEO: La leyenda del pádel Pablo Lima se retira entre lágrimas en la Caja Mágica

Pablo Lima se retira como jugador profesional de pádel tras más de 20 años en la élite, cumpliendo su sueño de jugar entre los mejores después de llegar desde Brasil con apenas 5 euros en su bolsillo.

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El Cañón de Porto Alegre se ha retirado, en Madrid, en una Caja Mágica rendida a uno de los mejores drives de este deporte. Pablo Lima, tras un partido haciendo pareja con Agustín Gómez Silingo, cayó derrotado ante Alejandro Galán y Juan Lebrón por 6-3 y 6-3.

La tristeza inundó la pista central de la Caja Mágica, especialmente en el propio Pablo Lima, que no pudo contener la emoción de esos momentos echando la vista atrás de sus más de 50 títulos de WPT. Sentado en el último banquillo en el que se ha sentado como jugador se desmoronó mientras la grada coreaba: ¡Pablo, Pablo! Su mujer y su hijo Víctor veían desde la grada como el mundo del pádel le decía adiós a su querida pista de juego.

"Llegué a España desde Brasil con 5 euros en el bolsillo"

Pablo Lima, jugador de pádel

Pablo Lima es el mejor jugador de pádel brasileño de todos los tiempos, pero cuando llegó a España lo hizo con apenas 5 euros en el bolsillo. Por eso, en el momento de su retirada y después de muchos momentos duros, como cualquier deportista, afloraron todas las emociones acumuladas en una carrera en la que terminó tres años como número uno del mundo junto al argentino Fernando Belasteguín.

Terminó como número uno durante tres temporadas

Desde 2015 hasta septiembre de 2018 fue número uno del pádel mundial junto a "el Boss", Fernando Belasteguín. "Me gustaría haber jugado unos Juegos Olímpicos" reconoce el brasileño, que espera al menos poder ver algún día su deporte en unos Juegos Olímpicos.

El cariño en el día de su despedida no solo lo recibió por parte de los aficionados, también recibió el cariño de rivales como su excompañero Alejandro Galán, que no solo le despidió tras su último partido al otro lado de la red sino que se le acercó al final del choque como un aficionado más para pedirle que le firmara una pelota de pádel para su museo particular.

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