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CASO RESIDENCIA DE LA TRINIDAD

La forense que examinó a los ancianos asegura que no había informes desde 2009

Algunos residentes además aseguraron a la perito que aunque las cuidadoras eran amables, la comida "no servía" y las medicinas "estaban caducadas"

La forense que examinó a los ancianos de la residencia de la Trinidad, clausurada en 2011, no observó indicios de maltrato o abandono

La forense no concluye tras examinar a los ancianos que hubieran sido víctimas de maltrato o estuvieran desatendidos, pero sí que observa que en los informes médicos que se guardaban en la residencia no existían anotaciones ni constancia de controles médicos de ningún tipo.Precisamente el año 2009 es la fecha en la que la mujer de uno de los acusados abandona el centro y comienza a vivir allí el otro hermano. Según la forense, sólo algunos de los residentes hablaban con coherencia. A sus preguntas sobre cómo vivían allí, dos de ellos respondieron que no había quien se comiera la comida que servían.Muchos de ellos fueron derivados a otras residencias tras el cierre. La conclusión tras examinarlos fue común a casi todos.Los acusados siguen defendiendo que todo esa una trama orquestada por los trabajadores a los que pensaban despedir.

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