El sumario del crimen de Cuenca desvela nuevas pruebas en la investigación

El lugar donde se hallaron los cuerpos de Laura y Marina es un escenario clave para los investigadores pues se encuentra cargado de pruebas contra Sergio Morate. Aquí, se encuentra la pala con la que pudo enterrar a las chicas y que comprara, tan sólo unos dias antes, en un establecimiento de Cuenca regentado por chinos. Pero esta no sería su única adquisición. Morate también compró las bridas con las que pudo estrangular a las chicas y que aparecen cortadas cuando se desentierrra el cuerpo de Marina.

Pero hay más, Morate dejó olvidado en el lugar de los enterramientos otra prueba fundamental que lo puede incriminar. Una garrafa de agua, de plástico de color blanco en el que han quedado huellas de su perfil genético. Morate se la pudo llevar para beber agua mientras enterraba los cuerpos y así sofocar las altas temperaturas del mes de agosto cuando comete el doble crimen. El ADN de Morate está en ella.

Otra prueba fundamental son los restos de cabellos hallados en un coche, un Seat Ibiza de color rojo, que nada tiene que ver con el vehículo metalizado con el que huyó de Cuenca a Rumanía. Un vehículo que, al parecer, pidió prestado a unos amigos antes de cometer el doble asesinato y que en estos momentos está siendo procesado en las instalaciones de la comisaría de Cuenca.