Mujer yihadista

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SEGÚN UN ESTUDIO SOBRE LA RADICALIZACIÓN

Uno de cada siete occidentales que se unen al Estado Islámico son mujeres

Unos 4.000 occidentales se han unido al Estado Islámico, de los cuales 550 aproximadamente, son mujeres, es decir, uno de cada siete. En un estudio publicado recientemente, se desmiente el mito de la 'esposa yihadista' sumisa y destaca que las occidentales cumplen esa función pero también asumen otras más relevantes en ámbitos logísticos, en el reclutamiento o en operaciones suicidas o de combate.

Unos 4.000 occidentales se han unido ya al Estado Islámico para combatir en Siria e Irak, de los cuales aproximadamente 550 son mujeres, es decir, uno de cada siete, según un estudio que aborda la perspectiva de género en la lucha contra la radicalización.

Este número histórico de varones occidentales combatiendo por la yihad es paralelo a la cifra sin precedentes de mujeres que viajan para servir al Estado Islámico, según un estudio titulado 'Hasta que el martirio nos separe', publicado por el Centro Internacional para el Estudio de la Radicalización y la Violencia Política (ICSR).

El estudio además desmiente el mito de la "esposa yihadista" sumisa y destaca que las occidentales cumplen esa función, pero también asumen otras labores más relevantes en ámbitos como el logístico, el reclutamiento, propaganda o incluso operaciones suicidas o de combate.

En este informe existen tres secciones principales para explicar y profundizar en las causas del reclutamiento femenino por parte del Estado Islámico: La primera de las razones que explica la radicalización de las mujeres que les lleva a unirse a la organización terrorista desmiente la etiqueta unidimensional que interpreta a estas mujeres simplemente como "novias de la yihad".

En segundo lugar, el informe profundiza en los perfiles de siete mujeres de habla inglesa que han viajado para unirse al Estado Islámico y que actualmente forman parte de esta organización terrorista. Los perfiles muestran una gran diversidad entre las mujeres reclutadas y expone todo acerca de sus motivaciones y visiones del mundo que les han llevado a ponerse bajo el control del Estado Islámico.

En tercera instancia, el informe se centra en la lucha contra el extremismo en un espacio de prevención de la radicalización, mostrando cómo varios gobiernos occidentales están operando dentro de este espacio y analizando donde hay que mejorar la infraestructura para afrontar el problema del género en los procesos de radicalización.

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