Fadi Mansour, encerrado en el aeropuerto de Estambul

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RECUERDA AL PERSONAJE DE TOM HANKS EN 'LA TERMINAL'

Un sirio cumple un año encerrado en el aeropuerto de Estambul por problemas en su documentación

Fadi Mansour no puede entrar ni salir de las instalaciones del aeropuerto Atatürk. Huyó de Siria en 2012 pero sus problemas empezaron cuando intentó volar de Estambul a Malasia, donde las autoridades le denegaron la entrada acusándole de usar documentación falsa. Pero, al devolverle a Turquía, este país tampoco le permitió la entrada y le internó en una habitación. El problema se reprodujo cuando al fin pudo intentar volar a Líbano. Y no puede volver a Siria porque allí su vida peligra al ser considerado un desertor.

El sirio Fadi Mansour lleva un año encerrado en las dependencias del aeropuerto Atatürk de Estambul, sin poder entrar ni salir de Turquía, informa la revista turca Bianet. Mansour, de 27 años, vive una situación similar a la del personaje que interpretaba Tom Hanks en la película 'La Terminal', pues no puede entrar ni salir de las instalaciones aeroportuarias de esta ciudad.

El joven huyó de Siria a Líbano en 2012 para evitar el servicio militar y de allí se dirigió a Turquía, pero sus problemas empezaron cuando intentó, en marzo del año pasado, volar de Estambul a Malasia. Las autoridades malasias le denegaron la entrada y lo devolvieron a Turquía acusándolo de usar documentación falsa, motivo por el que Turquía tampoco le permitió la entrada y le internó en una habitación destinada a "pasajeros problemáticos", que comparte frecuentemente con otros viajeros de estancias más breves.

Después de ocho meses, Mansour pudo volar de vuelta a Beirut, pero las autoridades libanesas también le denegaron la entrada y le devolvieron a Estambul, donde ahora cumple un año de estancia, sin poder salir nunca del edificio. La única vía de salida sería regresar a Siria, pero dada su condición de desertor, su vida podría correr serio peligro, y su abogado le ha aconsejado esperar que los tribunales turcos resuelvan la queja interpuesta para que pueda moverse libremente.

Amnistía Internacional (AI) denunció el caso la semana pasada, señalando que ningún representante de una embajada extranjera ha hablado con el joven y exigió a las autoridades turcas que lo acepten a Mansour como refugiado. Mansour se mantiene en contacto con el mundo gracias a su ordenador de bolsillo y su cuenta en las redes sociales, mientras que su manutención corre a cargo de las autoridades de migración. "Mi plato de cada día durante un año. ¿Quiere compartirlo?", tituló en Twitter mostrando la fotografía de un bocadillo.

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