Un joven negro participa en el saqueo de una tienda en Misuri

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EEUU | EL FBI HA INICIADO DOS INVESTIGACIONES

Cuarta noche de protestas y enfrentamientos raciales en Misuri

La muerte de un joven afroamericano a manos de un policía el pasado sábado ha desatado protesas y enfrentamientos entre agentes y manifestantes. La policía local usó gases lacrimógenos para dispersar las protestas y algunos manifestantes aseguraron haber recibido el impacto de balas de goma.

La calle de Ferguson (Misuri, EEUU) donde el sábado murió un joven afroamericano a manos de un policía volvió a ser anoche escenario de protestas pacíficas durante el día y enfrentamientos entre agentes y manifestantes al caer la noche con nuevos arrestos, informaron los medios locales. 

La policía local, con uniforme y vehículos de apariencia militar, usó de nuevo gases lacrimógenos para dispersar las protestas y algunos manifestantes aseguraron haber recibido el impacto de balas de goma

Los agentes alegaron haber sido atacados con cócteles molotov y también con un ladrillo, que causó una lesión en el tobillo a uno de los policías. 

Desde el inicio de las protestas el domingo la policía de Ferguson ha efectuado 47 arrestos y entre los últimos ocurridos el miércoles hay dos periodistas y un edil local que informaba de las manifestaciones en las redes sociales. 

Wesley Lowery, del Washington Post, y Ryan J. Reilly, del Huffington Post, fueron detenidos dentro de un establecimiento de comida rápida donde trabajaban con otros periodistas cuando la policía ordenó que abandonaran el lugar porque no podían garantizar su seguridad. 

Ambos reporteros fueron puestos en libertad poco después sin cargos e inmediatamente los editores de sus respectivos medios condenaron su detención por considerarla "completamente injustificada". 

Otro de los arrestados este miércoles fue Antonio French, un edil de Saint Louis que había documentado hasta el momento las protestas en Twitter, informó su mujer en la red social. 

El presidente Barack Obama recibió información detallada de la situación en Ferguson en la noche del miércoles por parte del fiscal general de la nación, Eric Holder, y volverá a analizar un nuevo informe el jueves por la mañana, informó la Casa Blanca. 

La muerte del joven de 18 años, desarmado, las versiones contradictorias de la policía y los testigos y la negativa a desvelar la identidad del agente han hecho escalar la tensión racial en una pequeña localidad en la que dos tercios de la población es afroamericana pero los líderes políticos y los agentes de policía son mayoritariamente blancos

El grupo de legisladores afroamericanos del Congreso ha pedido al Departamento de Justicia que investigue exhaustivamente la muerte del joven Brown y su presidenta, Martha Fudge, aseguró que "ha habido pruebas de discriminación racial en el departamento en el pasado reciente". 

Para Fudge, sólo las autoridades federales tiene "la experiencia y los recursos" suficientes para abordar este caso. Las autoridades locales y el FBI han iniciado dos investigaciones separadas

La policía de Ferguson insiste en no desvelar la identidad del agente que mató a Brown para preservar su seguridad y la de su familia. Según la versión de los agentes, cuando ocurrió el trágico suceso el pasado sábado el joven iba desarmado pero atacó al policía e intentó quitarle la pistola, sin éxito. 

Algunos testigos niegan ese relato y aseguran que el joven, al que su familia describe como tranquilo, tenía las manos en alto cuando el agente le disparó en repetidas ocasiones. 

Este gesto, las manos en alto, y el grito "Manos arriba, no dispares" protagonizan las protestas desde el domingo, cuatro jornadas en las que los manifestantes -la mayoría afroamericanos- han ido al lugar del suceso para pedir "justicia". 

Según Dorian Johnson, un amigo que acompañaba a Brown cuando se produjo el suceso, ambos caminaban por el medio de la calle junto a un complejo de apartamentos cuando el agente policial les ordenó que usaran la acera, lo que generó una discusión.

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