El trofeo de la Copa América de gira por Sudamérica

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Diego Plaza analiza los primeros partidos del torneo

Decepción inicial en la Copa América

Los dos primeros partidos de la Copa América han dejado la sensación de que lo bueno aún no ha comenzado. El debut de Chile empezó con retraso por la ceremonia de apertura del torneo y dio una imagen muy alejada de lo que puede ofrecer la anfitriona si quiere ser una alternativa real. La versión alternativa de México (sin sus estrellas en la convocatoria) fue un desastre y no pudo pasar del empate ante una Bolivia voluntariosa y bien replegada.

Alexis quiere ser la estrella. El jugador del Arsenal fue el único que estuvo cerca de su nivel y ofreció un gran repertorio de regates, desmarques y diagonales que acosaron a Ecuador durante todo el partido. Jugando de falso nueve en la primera mitad le faltó puntería pero la entrada de Eduardo Vargas en la segunda mitad le permitió combinar más con el delantero y le puso la asistencia del segundo gol chileno.

Un penalti rigurosísimo. Chile no podía con Ecuador y el árbitro acudió al rescate. Un penalti más que discutible por un mínimo agarrón dentro del área sobre Vidal hizo que la anfitriona se pusiese por delante en el marcador y solo Bravo y el larguero permitieron que Ecuador no empatase hasta que llegó el tanto de Vargas.

Muchos defensas, ningún goleador. El seleccionador mexicano, Miguel Herrera, volvió a apostar por una línea de tres centrales con dos carrileros con escasa profundidad. Un planteamiento que no impidió que Bolivia tuviese las ocasiones más claras en la primera parte. Tras el descanso modificó el planteamiento y se pudo ver algo de México con la entrada de Javier Aquino por la banda derecha y Corona tirado a la izquierda. Sin embargo, la falta de gol que mostraron Matías Vuoso, Eduardo Herrera y Raúl Jiménez, jugador del Atlético, hicieron imposible que, a pesar del mal juego, México consiguiese superar a Bolivia.

Un sueco en Bolivia. A falta de fútbol, la curiosidad en el México-Bolivia fue la presencia en el once inicial boliviano de Martin Smedberg Dalence. Nacido en Norrköping (Suecia) hace 31 años nunca ha vivido en Bolivia pero representa a la selección para hacer realidad el sueño de su padre, un boliviano que tuvo que escapar de la dictadura. México también tenía su nacionalizado particular: El delantero Matías Vuoso nació en Argentina, destacó en Independiente y lo fichó el Manchester City por casi 5 millones de euros en 2002 para no debutar nunca en la Premier.

 

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