Luis Enrique, Carlo Ancelotti y Cholo Simeone

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La Liga puede decidirse en esta penúltima jornada

El Barça, juez del Madrid en el Calderón

La decadente temporada de los de Ancelotti tiene visos de final consecuente: el alirón de los de Luis Enrique, primera parada culé rumbo al triplete. El Madrid quiere y necesita ayuda del Atleti, una situación que se afronta con las mismas esperanzas que entrar al despacho del jefe a pedir un aumento de sueldo: ampararse en el Padre Nuestro rezado la noche anterior y poco más.

Menos un programa de Jordi Hurtado, todo llega a su fin, incluso las peores rachas. Además de luchar y esperar un milagro bíblico, ese es el consuelo que le queda al Real Madrid, que ha pasado de cisne a patito feo en una segunda parte de temporada para el recuerdo: sólo teniéndolo bien presente podrán evitar tropezar de nuevo con las mismas piedras.

Sobra la calculadora
Uno se imagina a Ancelotti con la fiebre del sábado noche bailando un puñado de chicles en la boca, haciendo cuentas con ellos: tiene menos puntos que posibilidades para que la temporada no sea un fracaso. Entretanto, en su muro de Facebook aparece una imagen-mensaje cursi compartida por uno de sus amigos: "Las cosas acaban, las personas se van y, ¿sabes qué? La vida continúa”.

Pero al cerrar Facebook, la realidad es bastante más cruda: el Madrid jugará ante el Espanyol de sueños europeos con 4 puntos de desventaja -y la diferencia de goles a favor- con el Barça, que visita el Calderón con el Atleti a un suspiro de certificar la Champions. A los blancos les daría tres opciones el bueno de Luis Aragonés: ganar, ganar y ganar. Cumplida esta primera misión, la segunda es más liviana: esperar. La tercera, sin embargo, algo más difícil: que los de Luis Enrique no ganen.

La derrota en Cornellá dejaría en blanco el casillero de títulos importantes del Madrid este año. Pero, ¿qué pasaría con el empate? Si el Madrid suma un punto y el Barça le imita o gana, habrá fiesta en Canaletas.

‘La otra Liga'
Cristiano y Messi son tan buenos que tienen Liga propia: la de ver quién mete más goles y bate un nuevo récord cada fin de semana. Como todavía está más cerca el Balón de Oro pasado que el que tiene que llegar, ahora toca el Pichichi y, en unas semanas, la Bota de Oro. En Liga, el marcador va 42-40, favorable al portugués.

En Twitter: @MarioCortegana

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