Nuevo tramo de muralla descubierto en Zaragoza

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RESTOS PRESENTADOS POR EL ALCALDE

Descubren un tramo único e intacto de la muralla romana de Zaragoza en un edificio particular en la calle Coso

Los restos del torreón de la muralla romana de la capital aragonesa han sido localizados en el sótano de un edificio particular junto a la plaza de la Magdalena.

El alcalde de Zaragoza, Pedro Santisteve, acompañado por el consejero municipal de Economía y Cultura, Fernando Rivarés, ha presentado este jueves los restos de un torreón de la muralla romana de la capital aragonesa que han sido localizados en el número 147 de la calle Coso, en el sótano de un edificio particular junto a la plaza de la Magdalena. Se trata de un tramo de 4,75 metros de largo y una altura de 2,3 metros "único" y que se encuentra "intacto".

En declaraciones a los medios de comunicación, Santisteve se ha felicitado por este "gran descubrimiento arqueológico" relacionado con la entrada a la ciudad romana, detallando que el tramo descubierto es "un torreón que hacía de soporte a la puerta de Roma, que luego se llamó puerta de Valencia".

"Gracias al trabajo de trabajadores municipales y a estudiosos del tema, como Paco Escudero, se ha dado valor" a este elemento en el que se pueden contemplar "seis sillares" en perfecto estado. "Es un descubrimiento bien interesante", ha estimado, para agradecer de nuevo "que tenemos excelentes trabajadores municipales que contribuyen a desvelar cómo era nuestra ciudad hace 2.000 años".

El arqueólogo municipal Paco Escudero ha manifestado que hasta ahora "teníamos únicamente una parte de la muralla en la plaza de la Magdalena, que salió hace unos años al restaurar el edificio contiguo y que es la jamba de la puerta de Toledo". "Ahora lo que hemos descubierto es una parte de la torre sur, que está en dos sótanos contiguos en el número 147", donde se ha encontrado la parte inferior de esta torre con unos sillares "muy bien conservados" y en este punto "se encontraría incluso mucho más" parte de la muralla.

Escudero ha indicado que es "una torre especial, no es una más porque es una torre de una puerta" y, por tanto, es un poco más grande". Además, ha observado que mientras que otros restos de la muralla romana, como los del entorno de San Juan de los Panetes, "están un poco reconstruidos, lo que hemos encontrado aquí está intacto, es de época romana, sin añadidos y sin obras posteriores, salgo lo que supone que está dentro de una casa moderna", ha dicho, insistiendo en que "está en muy buenas condiciones". La ciudad romana contaba con cuatro puertas y hasta ahora se tenía información de dos de ellas, ha observado, al apuntar que ahora se va a seguir investigando sobre estos restos y con el objetivo de detectar otros.

Sin alteraciones

En este punto, ha recordado que la muralla romana se ha encontrado en unos sótanos particulares "y hay que agradecerles que no se haya modificado nunca. Lleva tres siglos y ahí no se ven alteraciones grandes, sin saber lo que tenían han tenido mucho cuidado y ahora si se hiciera algo sería de acuerdo con ellos", ha comentado.

Asimismo, ha alegado que "históricamente" se conocen pocos datos de esta puerta de la muralla romana. Aparece por primera vez en un documento del siglo XII, después en otro de 1460 sobre los tributos que pagaban los ciudadanos al consistorio por ocupar una torre o una casa apoyada en la muralla, que era de propiedad municipal, y también se conoce que al lado se encontraba la torre Infierno, llamada así "tras un fuego muy espectacular" que la quemó, así como otras torres de lo que luego fue la universidad "que estaban más hacia el norte". También figura en un plano en 1712, pero "ya no aparece en los planos de la Guerra de la Independencia", por lo que entre estas fechas quedaría oculta bajo la casa, ha sostenido Paco Escudero.

Buen estado de seguridad

Los arqueólogos llevan varios meses trabajando en este tramo de la muralla romana, mientras que Urbanismo realizó hace diez días una inspección para conocer su estado, según ha precisado el gerente de Urbanismo, Miguel Angel Abadía. Tras visitar los sótanos, se ha comprobado que la muralla "está en un estado de seguridad suficiente, en un estado muy bueno", por lo que no será necesario realizar "ningún tipo de actuación de apuntalamiento", ha afirmado Abadía.

A partir de este momento, "haremos lo que nos dicten desde los servicios de arqueología, que continuarán investigando para conocer dónde se encuentra el resto de la muralla y después "se iniciará el proceso de aseguramiento de la edificación para poder avanzar en su estudio". "Lo primero que nos ha preocupado es el tema de la seguridad", ha insistido Abadía, al agregar que, desde el punto de vista jurídico, en el Plan General de Ordenación Urbana "articularemos lo necesario para recoger este elemento y darle la protección jurídica adecuada".

La propietaria del establecimiento comercial en el que se ha encontrado este tramo de la muralla romana, Begoña Bolea, ha explicado que el torreón "ha estado siempre visible, cuando compré la tienda en el año 2001 ya se veía" y se encontraba "tal cual", si bien "no sabía exactamente el valor que tenía". Ha asegurado estar "contenta y sorprendida" por el interés que ha despertado este elemento.

Plan director

Este hallazgo es fruto de la búsqueda de vestigios de Caesaraugusta encargado por el Ayuntamiento para diseñar un Plan Director de protección de restos romanos visibles e invisibles, de modo que sean accesibles a todos los ciudadanos. El vestigio que se ha presentado este jueves es un muro de sillares descubierto en los sótanos del inmueble número 147 del Coso, esquina con la plaza de la Magdalena y cercano a la derribada puerta o arco de Valencia.

Forma parte del Torreón Exterior, datado en la segunda mitad del siglo III o comienzos del IV. Esta casa corresponde a los números 151 y 153 en el parcelario de Casañal de 1911, una vez reunificados por el proyecto del arquitecto Félix Navarro. El hallazgo más novedoso corresponde al número 151, un sótano que en estos momentos es un local comercial de titularidad particular utilizado como zona de almacén. Su extensión es prácticamente la de la totalidad de la planta rectangular: 62 metros cuadrados. Se trata de una gran parte del muro norte, y corresponde al arranque sur de la torre: 4.75 metros lineales de lienzo.

Cubre 2,3 metros de altura, que se distribuyen en cuatro hiladas, de 0,61, 0,6, 0,48 y 0,6 metros (de abajo a arriba), y otra -posiblemente la primera- de la que solo se ve su plano superior enrasado con el suelo del sótano. Entre las hiladas inferiores de las torres se perciben también tres escalonamientos. Hay varios sillares que muestran abombamiento en buena parte de la cara expuesta. A pesar del habitual desgaste de la arenisca --que es el tipo de piedra de los sillares--, de la existencia de algunos morteros modernos y de algún entalle para el calce de las vigas, el conjunto se encuentra en un buen estado de conservación.

Otro tramo confirmado

En el sótano del antiguo inmueble del número 153 se ha confirmado la existencia de la parte interior de este hallazgo, de la que se tenía constancia por parte de algunos expertos, pero que estaba sin catalogar ni documentar. Ahora se sabe que ocupa una superficie de construcción de unos 61 metros cuadrados. El estado de conservación de la parte interior de este torreón es bueno también, pero ahora mismo necesitará una importante labor de limpieza porque parte está cubierto de algún tabique y estructura accesoria ya que ocupa el almacén de un bar.

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