Aurora y Gonzalo han conseguido escapar y la detención de Conrado y Aníbal era otra maniobra de distracción aunque el geólogo no lo sabía y no le sienta del todo bien haber sido engañado por Aurora. Tras recapacitar un poco entiende que era la mejor decisión y decide ayudar a María con el cuidado de los enfermos.
Francisca se ocupa de Mauricio, pero van a tener que hacer algo más que poner un catre en la cocina. Francisca se dispone a buscar ayuda para Mauricio, pero Fulgencio se ofrece; él se ocupará… ¿Qué tramará el médico? Fulgencio finge preparar la atención a Mauricio cuando lo que está es organizando su muerte.
Pedro e Hipólito vuelven del cuartelillo, orgullosos de su papel. Dolores también se siente orgullosa.
María viene para comunicar a Mariana que Rosario está enferma y no duda en ir en su encuentro pues su madre le necesita, así, encarga a Fe que cuide a Mauricio. Deja claro que no se fía un pelo de Fulgencio.
Aurora y Gonzalo dan con un celador del sanatorio donde estaba Jacinta que les explica que cerró sus puertas.
Candela teme que Fernando, ante la impotencia de no poder curarla, haga algo malo al bebé.