#MujerEspejo
Sonia Pérez, primera mujer en conseguir el Premio de Matemáticas de Pekín: "Las cuentas de casa las llevo fatal"
Apasionada de la ciencia de los números, nos explica ante nuestro espejo que es duro ser mujer en la universidad.
Sonia Pérez Díaz es matemática de profesión. Pero también es matemática de emoción. Para ella todo son matemáticas. tiene 46 años, está casada y siempre lleva encima una libreta y un boli para anotar ideas o soluciones. Le gustaría comer con Hipatia de Alejandría. Su música preferida es la guitarra de Paco de Lucía y su 'Entre dos aguas'. Si le preguntan qué prefiere, si sumas o restas, lo tiene claro: "Siempre sumas".
Respuesta.- Estamos en la Escuela Politécnica de la Universidad de Alcalá de Henares porque hace 24 años, nada más acabar la carrera, entré por esa puerta y esta escuela me ha convertido en quien soy.
Pregunta.- ¿Y cómo llega una amante de la literatura al mundo de las matemáticas?
R.- Me dedico a las matemáticas porque de repente me encuentro con profesores por el camino que te motivan, te ilusionan, te hacen sentir que puedes descubrir cosas y servir esas cosas que tú haces para mejorar el mundo.
P.- ¿Hay que ser muy inteligente para dedicarse a las matemáticas?
R.- Yo esa pregunta siempre digo no. ¡Si yo no lo soy! La gente me dice que soy muy humilde, de más. Yo no lo soy. Yo en realidad creo que hay que ser muy trabajador.
P.- Cuando todos vemos incógnitas, tú de pronto erres capaz de ver un seno, un coseno, una cotangente. Parecen grandes misterios...
R.- Y las utilizo además. O sea, las utilizo para hace cosas, incluso sueño con ellas. Invento teoremas que se me vienen a la cabeza por la noche. Yo lo veo por todos los lados.
P.-. Te acaban de conceder un premio importantísimo. Un premio en Pekín, china, ¿Qué significa ese premio en una carrera como la tuya?
R.- Este premio me lo dieron por una serie de publicaciones que he hecho con gente de allí. Llevo trabajando con ellos desde 2011 y vieron que era de gran utilidad. Y bueno, la primera matemática y la primera vez que se lo dan a una mujer. Y estoy como en una nube. Todavía no me lo creo.
Pero para que me entendáis: yo lo que hago es trabajar con una serie de ecuaciones. Esas ecuaciones sirven para fabricar objetos, podemos pensar por ejemplo en una tubería. Entonces necesitamos ecuaciones para moldear esos aparatos. Entonces yo lo que hago es utilizar esas ecuaciones para moldear objetos, para que sea lo más simple posible. Para que luego el que venga detrás, el que está en industria, el que está trabajando con el ordenador, o el arquitecto, puedan utilizarlas como quieran.
P.- Pero qué difícil es pensar en una aplicación tan práctica partiendo de números.
R.- Sí, pero si pensamos un poco es que las matemáticas están en todos los lados. Yo veo matemáticas. Yo veo la columna y veo matemáticas. Salgo a la calle, veo una curva, veo una superficie y veo matemáticas. Entonces para mí no son números, para mí son cosas. Son entidades.
P.- Hablas de las matemáticas casi casi como si fueran un amante, con muchísima pasión.
R.- Porque las matemáticas te permiten inventar. Yo invento luego cosas y digo, esto qué bonito lo que ha salido de mi cabeza. Cómo soy capaz de pegar cosas que parece que no tienen sentido y darles un sentido. Y verlas luego aplicadas. Las matemáticas están por todos los lados.
P.- ¿Se enseñan bien las matemáticas?
R.- Se enseñan mal las matemáticas. Yo soy un poco crítica con eso porque creo que un profesor tiene que trasmitir pasión.
P.- ¿Y cómo es vivir las matemáticas en un mundo tan masculinizado como es el de la enseñanza, las matemáticas, la investigación?
R.- Es duro. Muchas veces pasas hasta desapercibida. Te diría que hasta que no recibí el premio, mucha gente decía "ah, pero tú haces tantas cosas?" Incluso han llegado a decirme "vaya pero ¿todavía sigue esto?... esto será porque eres mujer..." No. A ver, el premio no me lo han dado por que sea mujer.
P.- ¿Y qué nos pasa a las mujeres?
R.- Yo creo que he abandonado a mi familia por mi trabajo. He sacrificado un montón de cosas y a día de hoy todavía no soy catedrática pues porque me faltan méritos que no he podido conseguir por circunstancias personales. Te diría que para mí el problema está en la renuncia. Renunciamos. Yo creo que renunciamos.
P.- Siendo como eres matemáticas ¿Qué tal se te dan las cuentas de la casa?
R.- Mal. Las que son pequeñitas las llevo mal. Esas fatal. Yo llevo las gordas, las grandes. Las cuentas de la casa soy un desastre.
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Sonia reflexiona con nosotros que "uno piensa que en la Universidad las cosas están un poco mejor. Pero sigue siendo un mundo bastante masculinizado. Falta creérnoslo. Creer que podemos llegar, que podemos ser catedráticas que podemos ser lo que queramos ser." Como profesora tiene muchas alumnas que comparten con ella sus preocupaciones: "yo quiero dedicarme a secundaria." Ella les contesta: "¿por qué crees que vas a acabar antes? Y ahí les digo: "haz lo que quieras cuando quieras. Quieres irte al extranjero, vete, es enriquecedor. Hazlo que es el momento de hacerlo"