Paralizado en Madrid el primer desahucio de la era Carmena

Asunción Juanilla acude en 2010 a una agencia financiera situada en el número 33 de la Gran Via de Madrid. No encuentra empleo y quiere montar un negocio. Pide 50.000 euros para abrir una cafetería. Aquí tiene su oficina una familia de prestamistas con una larga trayectoria. Parecen de fíar, pero tiempo después Asunción descubre que ha sido víctima de un supuesto engaño. Firma una escritura de préstamo con hipoteca cambiaria. Se establece como aval su casa, un piso de 116 metros cuadrados, situado en el distrito de Ciudad Lineal, próximo al centro de Madrid. Pero en la letra pequeña de esta escritura se esconden unos intereses más que abusivos, cercanos al 30%. Además, debe devolver el dinero en un año, algo prácticamente imposible.

Intentamos contactar con la financiera, pero el dueño del local que la albergaba nos confirma que ha cerrado y que los prestamistas se han ido sin dejar rastro. Cuando cumple el plazo de un año para devolver el dinero, Asunción no puede pagar. Como salida le ofrecen renovar el crédito con otro prestamista que tiene su sede también en la Gran Vía de Madrid. Asunción, angustiada, firma otra escritura, un nuevo engaño. Firma un préstamo de 180.000 euros, que no recibe. y de nuevo su casa aparece como aval. La agencia financiera también cerró también hace un año. Imposible reclamar nada. Un vecino confirma que se desconoce el paradero del prestamista. La pesadilla de Asunción comenzó por un préstamo de 54.000 euros y acabaron reclamándole 180.000 euros y ahora le van a arrebatar su vivienda.