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NÚMERO DE SERIE

'Breaking Bad' condena a Walter y Jesse a cocinar metanfetamina sin descanso

Era el regreso más esperado para este verano. Y no ha defraudado. 'Breaking Bad' mantiene intacta su receta, tan adictiva como el cristal que prepara Walter White. La cuarta temporada venía precedida por un cliffhanger  que se ha resuelto de un modo que pocos esperábamos y después de ver este primer capítulo queda claro, una vez más, que el drama de AMC es una de las mejores series de televisión del momento. Gran parte del mérito, por supuesto, se debe a la actuación de Bryan Cranston, situado en la estratosfera de la interpretación.

¡¡¡Cuidado!!! SPOILERS por todas partes...

Breaking Bad

Antena 3 Breaking Bad

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No teníamos muy claro, tras la adrenalítica finale del año pasado, que iba a ocurrir entre Jesse Pinkman y Gale, el ayudante de laboratorio. Al final resulta que Jesse sí tuvo valor para apretar el gatillo, matar al sustituto de Walter White y que todo vuelva a liarse más (aún). Un disparo que lógicamente guiará el arco de la cuarta temporada en el que Walter y Jesse tienen que seguir a las órdenes de Gus y seguir fabricando metanfetamina a ritmo industrial. Quieran o no. 

Como ya fue costumbre en la segunda y tercera temporada, la serie nos regala unos maravillosos prólogos antes del opening. En esta ocasión veíamos, a modo de flashback, al ayudante Gale contentísimo por su nuevo laboratorio, recién estrenado. El cúter que coge para desembalar la maquinaria es el mismo que utiliza, meses después, el maquiavélico Gus para matar a uno de sus sicarios frente a los ojos atónitos de Walter y Jesse. Así de simbólica es la narrativa de 'Breaking Bad'.

Sobrecogidos, Walter y Jesse, se ponen a limpiar los abundantes restos de sangre e implícitamente vuelven a ponerse a las órdenes del gerente de Pollos Hermanos. En contra de lo habitual, es Walter el que habla sin parar a lo largo del episodio, pidiendo sin hacerlo, que Gus les perdone la vida. Jesse, que por primera vez ha matado a alguien, está ausente, no dice ni una sola palabra en casi todo el capítulo. Hasta que su "confía en nosotros" vuelve a conectar a este particular dúo en un intenso periplo por el tráfico de cristal.

No queda ahí la cosa. Aunque la policía no encontrará nada que conecte a Jesse con el asesinato de Gus, sí que se toparán con el cuaderno de notas de laboratorio que la cámara nos muestra en los últimos minutos del capítulo. Es imprescindible que para que 'Breaking Bad' nos siga apasionando tengamos siempre la sensación de que van a pillar a Walter White en un momento u otro.

Al otro lado del laboratorio, todo continúa la línea que se marcó en el final de la tercera temporada. Skyler, esposa y cómplice, vuelve a preocuparse por su marido, aunque jamás sepa a ciencia cierta en qué anda metido. Eso sí, su futura colaboración blanqueando dinero nos regalará momentos brillantes. Como trama secundaria, la minusvalía de Hank es otro de los puntos fuertes que veremos en esta cuarta temporada y recordemos que estuvo muy cerca de atrapar a Heisenberg, o lo que es lo mismo, a su cuñado Walter White.

Faltan muchas cosas que contar, en especial que ocurre con el cáncer de Walter, que ha salido otra vez a la luz con una ligera tos al final del capítulo. Ahí es cuando el drama más intenso volverá a aflorar en esta serie que ha regresado en plena forma y con todas sus señas de identidad intactas. Si todo esto ha ocurrido en una premiere, no me imagino lo que nos espera a lo largo de los trece capítulos que compondrán la cuarta temporada, que finaliza su recorrido el 9 de octubre. Confío  plenamente en que 'Breaking Bad' nos volverá a dejar enganchados a su propia metanfetamina televisiva.

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