DE GRAVEDAD

Trastornos de la Conducta Alimentaria en niños y adolescentes: Cómo sospechar de ellos y prevenir su gravedad

El día 30 de noviembre se celebra el Día Internacional de la Lucha contra los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) y como pediatra quiero poner el foco de atención en los signos de alarma que nos hacen sospechar porque iniciar el tratamiento cuanto antes puede evitar que se cronifique y se agrave.

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En los últimos años, los pediatras estamos siendo testigos del brutal aumento de incidencia en problemas de salud mental entre adolescentes y preadolescentes, lo que ha provocado que nos pongamos al día en el diagnóstico y abordaje de estos trastornos. Los TCA o Trastorno de la Conduca Alimentaria es uno de los más comunes y que más está abundando en estas edades.

TCA en adolescentes

Si queréis datos os diré que los TCA representan la tercera causa de enfermedad crónica en adolescentes, después del asma y la obesidad. Hay estudios que sitúan la incidencia de TCA en España alrededor del 5% siendo predominante entre mujeres jóvenes (entre los 12 y 21 años). De cada 10 personas afectadas 9 son mujeres, aunque la incidencia en varones está aumentando en los últimos años relacionado con la obsesión por el ejercicio y las dietas proteicas.

La edad media de inicio de este trastorno está en 12,5 años aunque tras la pandemia han aumentado los casos a partir de los 10 años y en condiciones más graves al diagnóstico.

El perfil psicológico clásico de los TCA suele ser el de mujer perfeccionista, con baja autoestima, problemas de control de impulsos y emociones, dificultades para las relaciones interpersonales y muy responsables en el ámbito familiar y académico.

¿Cómo se manifiesta un TCA?

Las tres caras de los TCA son la anorexia nerviosa, la bulimia nerviosa y el trastorno por atracón.

1 -La anorexia nerviosa se define como la restricción de la ingesta calórica que conduce a un peso corporal significativamente bajo en relación a la edad, el sexo, el curso de desarrollo y la salud física. Sufren un miedo intenso por ganar peso o engordar y se altera la autopercepción de sí mismo. La anorexia nerviosa puede ser de tipo restrictivo, de tipo con atracones/purgas (vómitos autoprovocados, uso incorrecto de laxantes, diuréticos o enemas) o mixto.

2 -La bulimia nerviosa se basa en episodios recurrentes de atracones que se caracterizan por la ingestión en un corto período de tiempo de una gran cantidad de alimentos con sensación de falta de control sobre lo que se ingiere. Posteriormente aparecen comportamientos compensatorios inapropiados como vómitos autoprovocados, ayuno prolongado o ejercicio excesivo.

3 -El trastorno por atracón son episodios recurrentes de atracones con sensación de pérdida de control que se acompañan de al menos de 3 de los siguientes parámetros:

  • Comer más rápido de lo normal
  • Comer hasta sentirse muy lleno
  • Comer grandes cantidades cuando no se siente hambre
  • Comer grandes cantidades durante todo el día
  • Comer sólo porque está a disgusto de cómo uno come
  • Sentirse a disgusto con uno mismo, deprimido o muy culpable después de comer

Signos de alarma de los TCA

Tanto en la consulta de pediatría como en el ámbito familiar se pueden detectar los primeros signos y síntomas de alarma de un TCA que se deben diagnosticar antes de que se agrave:

  • Dificultades para la alimentación con cosas nuevas o ya conocidas presentando comportamientos distintos a los habituales con la comida (saltarse comidas, comer a deshoras…)
  • Pérdida de peso o no ganancia en relación con su etapa de desarrollo.
  • Obsesión con la comida y con su medida (contaje de calorías, control del tipo y cantidad de alimento que come, pesarse repetidamente…)
  • Interés por páginas web o redes sociales de dietas.
  • Hacer dieta de manera implacable, cada vez más estricta y limitando los alimentos que ingiere cambiando la forma de comer (troceando la comida, apartando trozos en el borde, aplastándola…)
  • En la chicas, la falta de menstruación o la desaparición de la misma.
  • Sospecha de vómitos autoprovocados (visitas repetidas al baño después de comer, utilizar métodos para ocultar el aliento, dejar correr el agua del grifo para ocultar el sonido, erosiones en los dedos…).
  • Comprar laxantes, enemas o diuréticos fuera de indicación médica.
  • Cambios en el estado de ánimo: irritabilidad, tristeza, llanto, tendencia al aislamiento…
  • Incremento o cambios en la actividad física, especialmente en varones y sobre todo después de comer o por las noches.

¿Hay personas más vulnerables a padecer un TCA?

Aunque los TCA puede afectar a adolescentes de cualquier raza y nivel socioeconómico parecen existir una serie de factores desencadenantes comunes que los hacen más vulnerables:

  • Deportistas de élite o profesiones relacionadas con la imagen física: gimnastas, modelos, patinadores, bailarines..
  • Antecedentes familiares de TCA

La redes sociales, un terreno que abona los TCA

Existe una correlación entre las redes sociales y la baja autoestima, que considera el atractivo físico como valor personal predominante, equiparando belleza y atracción con delgadez. Al mismo tiempo, asocia una mayor tendencia a restricciones dietéticas, insatisfacción con la imagen corporal y mayor comparativa del aspecto físico con iguales.

En general, son adolescentes que presentan dificultades para las relaciones interpersonales y dependen en exceso de las opiniones externas.

Otros cambios vitales pueden influir en la aparición de estos trastornos: separaciñon de los padres, estudios en el extranjero, pubertad, situaciones de acoso, experiencia sexual no deseada…

¿Han augmentado los casos después de la pandemia?

Cabe mencionar aquí que la pandemia de Covid-19 ha augmentado enormemente la incidencia de los TCA, así como de otros trastornos psiquiátricos en los adolescentes debido al confinamiento, al aislamiento social, a los conflictos de conviviencia familiar, al mayor uso de las tecnologías y redes sociales y al difícil acceso a la atención sanitaria y psicológica.

En la celebración de este día es importante recordar que pesar de la elevada incidencia y morbimortalidad de los TCA, estos trastornos siguen estando infradiagnosticados. Habitualmente se tarda unos 2 años, y pasan por alrededor de unos 5 profesionales (pediatras, endocrinólogos, nutricionistas, psicólogos…) antes de llegar a una unidad especializada en TCA. Su identificación precoz es muy importante, ya que una menor duración de la enfermedad se asocia con un mejor pronóstico.

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