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DULCES SUEÑOS

¿Hay que despertar a un niño con terrores nocturnos?

Aunque tu pequeño no se acordará de lo sucedido, su llanto es desconsolado. Te explicamos la mejor forma de gestionarlo.

Niña con miedo en la cama

Niña con miedo en la camaiStock

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A media madrugada te despiertan los llantos de tu pequeño. Vas corriendo hacia su habitación para ver lo ocurrido y darle arropo. Tu hijo ha tenido un terror nocturno, lo encuentras tendido en la cama y con una expresión desencajada, está confuso y parece tener miedo. Intentas, sin éxito, calmarlo y apagar su llanto, pero el pequeño sigue llorando desconsoladamente. Por suerte, pasados pocos minutos, el pánico se va y se vuelve a sumergir en un sueño profundo.

¿Qué son los terrores nocturnos?

Un terror nocturno es un fenómeno muy común entre niños de 3 a 7 años relacionado con el sueño y se caracteriza por un despertar repentino en medio de la fase no REM del sueño. Por lo general, según la Asociación Española de Pediatría, son episodios cortos, de una duración de entre uno y diez minutos, y la mayoría de los niños se vuelven a dormir acto seguido.

A diferencia de las pesadillas, los niños olvidan estos episodios. De hecho, según el hospital infantil Rady Children’s -el más grande de California, ubicado en San Diego- un terror nocturno no llega a ser un sueño, sino una súbita reacción de miedo que se da en la transición de una fase de sueño a otra, y el niño no llega a despertarse.

¿Cómo reconocer un terror nocturno?

Según apunta la publicación Healthy Children, de la Academia Americana de Pediatras, cuando un pequeño sufre un terror nocturno puede expresar:

  • Llanto descontrolado
  • Sudores, temblores o respiración agitada
  • Expresión de terror o confusión
  • Gritos o pataletas
  • No reconocer a los padres cuando vienen a consolarlo
  • Rechazo del consuelo de los padres

¿Cómo debo actuar si mi hijo tiene terrores nocturnos?

Aunque los terrores nocturnos asusten, Rady Children’s recomienda no consolarlos y dejar que se les pase. Eso sí, siempre vigilando que el niño no se haga daño cuando se agite. También recuerda que es mejor no despertarle, ya que, cuando lo hacemos, el pequeño se siente desorientado y le cuesta más volver a conciliar el sueño.

Los terrores nocturnos no tienen tratamiento, pero sí que hay maneras para que sucedan con menor frecuencia. Por ejemplo, fomentando una rutina relajante antes de acostar al pequeño o evitando que se acueste muy tarde.

Entender los terrores nocturnos es vital para apaciguar nuestra preocupación y también para que ayudar a nuestros hijos a dormir mejor. Pero, de todas formas, si los episodios son muy frecuentes, lo más recomendable es consultar con el pediatra para que, determine si es necesario derivar al pequeño a un especialista del sueño.

Madre consolando a niño.
Madre consolando a niño. | iStock

¿Por qué suceden?

La Rady Children’s apunta que los terrores nocturnos suceden por una hiperactivación del sistema nervioso central (SNC) durante el sueño. Esto puede ocurrir porque el SNC de los pequeños todavía está madurando.

Según la misma organización, aproximadamente el 80% de los niños que padecen terrores nocturnos tiene algún familiar que también los experimentó en la infancia o que sufrió sonambulismo. Sin embargo, hay otras causas comunes entre niños que los acostumbran a presentar:

  • Cansancio, enfermedad o estrés
  • Toma de algún medicamento
  • Duermen en un entorno ajeno o fuera de su casa

La Asociación Española de Pediatría señala que los terrores nocturnos son más habituales en los niños que en las niñas, pero que en la mayoría de casos, desaparecen cuando el sistema nervioso va madurando.

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