O DE MONTGOMERY

Glándulas areolares: ¿Por qué tenemos 'granos' en el pezón?

En este artículo te explicamos la función de los 'granos' que tenemos en el pezón, llamados glándulas areolares. También exponemos investigaciones recientes de su vinculación con la salud y hablamos de su función estética.

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¿Alguna vez te has preguntado por qué tus pezones tienen 'granitos'? Son las glándulas areolares y tienen un papel muy importante durante la lactancia materna, pues son las responsables de producir el calostro, un líquido rico en nutrientes y anticuerpos que ayuda a proteger al bebé de posibles infecciones tras su nacimiento.

Estas protuberancias de forma redondeada -que suelen encontrarse en la areola, aunque también es normal que aparezcan en el propio pezón- se desarrollan durante la pubertad y aumentan de tamaño durante el embarazo. Durante la lactancia, las glándulas se activan y permiten alimentar al recién nacido con calostro.

Se ha demostrado que incluso una pequeña cantidad de calostro puede ser beneficiosa para los recién nacidos, por lo que se aconseja a las madres que puedan hacerlo, que amamanten a sus bebés con frecuencia durante las primeras horas de vida.

A estas glándulas también se las conoce como glándulas de Montgomery por el obstetra irlandés William Fetherstone Montgomery (1797-1859), quién escribió sobre ellas por primera vez en 1837.

Función endocrina de las glándulas areolares

Según un estudio llamado 'Relaxin signalling in the mammary gland and breast cancer' -publicado en la revista Journal of Mammary Gland Biology and Neoplasia en 2019-, las células de las glándulas areolares segregan hormonas como la relaxina, que puede tener un papel en la regulación del crecimiento celular en la mama e influir en el desarrollo y progresión del cáncer de mama.

Otro texto, publicado en la revista Breast Cancer Research, sugirió que la presencia de células atípicas en las glándulas areolares pueden estar asociadas con un mayor riesgo de cáncer de mama. Sin embargo, se necesita más investigación para comprender mejor la relación entre las glándulas areolares y el cáncer de mama.

Problemas de autoestima

Por otro lado, algunas mujeres experimentan cambios en el tamaño y la forma de las glándulas areolares durante el embarazo y la lactancia, o en épocas de estrés o cambios hormonales. Estos cambios pueden afectar a su autoestima, pues no se encuentran cómodas con su apariencia física.

En este sentido, existen varias operaciones estéticas que se pueden llevar a cabo, como la reducción o la reconstrucción de la areola o la elevación de los pezones.

Sin embargo, como con cualquier procedimiento quirúrgico, existen algunas complicaciones potenciales como infecciones, sangrado, alteración de la sensibilidad de la zona o cicatrices antiestéticas.

Es importante recordar que si te estás plateando hacerte una operación estética en las glándulas areolares, pidas información a una clínica con cirujanos experimentados y con licencia.

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