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FRASE TÍPICA

"Se estaba portando bien hasta que has llegado tú": Todo lo que hay detrás de este comportamiento

Es muy habitual que los peques se porten genial con los abuelos, con la canguro o en el cole y que en casa saquen toda la rabia contenida.

Niño enfadado.

Niño enfadado.iStock

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Cuando los niños son cuidados por alguien más que no es la referente principal (habitualmente la madre) puede ser que se contengan o se guarden sus emociones para liberarlas cuando la madre llega.

A menudo esta conducta es tachada de "mamitis" de manera despectiva y de niño mimado. Sin embargo, hay una explicación muy interesante al respecto.

El amor de mamá es incondicional

Todo niño o niña sabe e identifica que mamá está para él o para ella siempre, sin importar su comportamiento.

Ser mamá no es fácil, conlleva esfuerzo, sacrificios, horas de desvelo, cansancio, alegrías… Sin embargo, los niños identifican y perciben que el amor, el cariño, la comprensión y la seguridad física y emocional que reciben de mamá les permite ser ellos mismos.

Incluso si no llegan a reaccionar de la forma socialmente adecuada, experimentarán la seguridad y tranquilidad que ofrece su lugar seguro.

¿Por qué se portan mejor cuando están con otras personas, incluyendo a papá?

Puede ser que hayas escuchado esta frase en repetidas ocasiones, por ejemplo, cuando llegas a recoger a tu pequeño a algún lugar y de pronto te hacen ver que tu hijo "se estaba portando bien hasta que has llegado tú". Esta frase la puedes haber escuchado incluso por parte de tu pareja.

Esto ocurre debido a dos factores:

1. Mamá es su lugar seguro: Los peques saben que en ella encuentran la seguridad de poder ser ellos mismos. Independientemente de cómo reaccionen o se comporten, tienen la tranquilidad de saber que allí donde está mamá son entendidos y atendidos, cubriendo sus necesidades, físicas, emocionales y afectivas.

2. Están aprendiendo a gestionar y transmitir sus emociones: Algunos niños se contienen mucho mientras están con otras personas (se contienen de expresar y mostrar desagrado, tristeza, enfado, rabia…) para poder liberar y dar rienda suelta a esas emociones en cuanto llega alguien con quien sienten la plena confianza de saber que incluso mostrándose con determinados comportamientos, serán comprendidos. Habitualmente son los padres quienes realizan esta función, y de manera especial, mamá.

El vínculo sano entre madre e hijos

Así que, está claro que la conexión y el vínculo afectivo que tienen las madres con sus hijos es maravilloso cuando hay confianza y seguridad porque donde está mamá, está la calma.

De hecho, algo similar nos ocurre a los adultos: no siempre nos sentimos con la misma confianza con todas las personas por igual, sabemos en quién podemos confiar sí o sí y con quién debemos “guardar” un poco los sentimientos o emociones, para no ser juzgados o criticados.

Algo similar sucede con tu pequeño: sabe que mamá es su lugar seguro y que puede ser él mismo, mientras aprende a gestionar cada vez mejor sus emociones.

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