SALUD EMOCIONAL

Consecuencias psicológicas de las personas con ansiedad

¿Es normal sentir ansiedad en depende de qué situaciones o circunstancias? ¿A todo el mundo le pasa? La ansiedad tiene consecuencias directas sobre nuestra salud y debemos tratarla en terapia por manos expertas.

Una mujer con ansiedad

Una mujer con ansiedadPexels

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Es muy común escuchar que tener ansiedad es algo normal, que la tenemos todos y que no hay nada que hacer. Ante este tipo de creencia, por un lado, es bueno normalizar la ansiedad para no tenerle miedo, pero, por otro lado, debemos responsabilizarnos de nuestra ansiedad y saber que no podemos vivir con ello.

Es decir, es muy importante que no vivamos con el rol de víctimas de la ansiedad como seres pasivos. El exceso de cortisol que genera la ansiedad nos puede ocasionar múltiples trastornos emocionales y físicos.

En este artículo vamos a centrarnos únicamente en las consecuencias psicológicas de la ansiedad. Podemos dividir estas consecuencias según sean a corto, medio y largo plazo.

Consecuencias psicológicas a corto y medio plazo de las personas con ansiedad

Las consecuencias son múltiples y diversas, pero las más destacadas son:

  • Insomnio: el exceso de preocupaciones que aparece como causa, pero también como consecuencia de la ansiedad, genera que aumente en exceso nuestra activación y que esto repercuta en nuestra facilidad para dormir.
  • Aumento de los conflictos: la ansiedad provoca que tengamos dificultades para relajarnos y para disfrutar, por lo que cuando nos relacionamos con los demás corremos el riesgo de hacerlo de una forma más arisca o distante.
  • Hambre emocional: cuando tenemos ansiedad se producen cambios bruscos de apetito, por ejemplo: se nos olvida comer, nos damos atracones o tenemos cambios en el hambre que sentimos. Esto se relaciona mucho con lo que llamamos hambre emocional, comer no por necesidad física, si no para aliviar una emoción (como cuando en las películas americanas salen comiéndose un bol enorme de helado para aliviar la tristeza).
  • Obsesividad y necesidad de control: las preocupaciones de la ansiedad provocan que busquemos en exceso el control de todas las situaciones que estén en nuestra mano para así sentir cierta seguridad. Por ejemplo: buscar que las personas a nuestro alrededor actúen como nosotros queremos o quejarnos de detalles. Esto al mismo tiempo provoca que acabemos obsesionándonos por cualquier tema.
  • Desregulación del estado de ánimo: la ansiedad y la depresión van de la mano. Llevar mucho tiempo con ansiedad provoca que nuestro estado de ánimo se vea afectado. Es importante buscar soluciones a la ansiedad cuanto antes y la estrategia más efectiva es la terapia.

Consecuencias psicológicas a largo plazo de las personas con ansiedad

Las consecuencas en nuestra salud a largo plazo son muy variadas, pero las más destacadas son:

  • Aumento de la sensación de soledad: los conflictos que se generan, la incapacidad de autocuidado y el distanciamiento con los demás puede provocar mucha soledad.
  • Mayor probabilidad de aparición de demencia y otros trastornos psicológicos: nuestra mente se va enfermando cuando vivimos constantemente con ansiedad y por eso van aumentando los problemas.
  • Disminución de la calidad de vida: los hábitos del día a día se van ajustando cada vez a una vida de menor autocuidado y de menor calidad. Por ejemplo: si tenemos mucha ansiedad, reduciremos el tiempo que dedicamos al deporte, al descanso, a los paseos al aire libre o a pasar tiempo realizando actividades agradables con familiares y amigos.
  • Distanciamiento de los objetivos vitales: la ansiedad es causa y consecuencia de vivir en piloto automático. Este estilo de vida entre otras cosas provoca que no conectemos con nosotros mismos y por tanto que hagamos las cosas por hacer, sin parar a reflexionar sobre qué actividades y tareas nos hacen felices. Esto provoca que vayamos tomando decisiones que realmente no sean coherentes con nuestra propia identidad. Este tipo de decisiones nos llevan a cumplir objetivos que realmente no nos hacen felices.
  • Insatisfacción vital: en consecuencia, de todo lo explicado anteriormente, el resultado de una vida con ansiedad es la clara y absoluta insatisfacción vital. No estamos satisfechos ni a gusto con nuestra vida y con nuestro día a día.

En conclusión, debemos normalizar la ansiedad en el sentido de no juzgarnos cuando la sentimos, sin embargo, debemos de tener herramientas para prevenirla y para gestionarla sin que domine nuestra vida. Si tenemos un evento en el que sentimos una ansiedad intensa o pasamos por una época en la que sentimos con frecuencia esta respuesta emocional, entonces debemos hacernos responsables y buscar soluciones como la terapia.

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