Te hará sentirte bien
Cómo organizar tu propia fiesta de ruptura (y por qué hacerla)
Puedes entrar en una espiral descendente o usar tu separación como un catalizador para crear la vida que deseas.
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Olvídate de acurrucarte en el sofá con tu bata polar y una botella de vino a lo Bridget Jones. Hay una manera mejor de recuperarse de una ruptura y no tiene nada que ver con el helado y las pelis de llorar. Organiza una fiesta de separación, una reunión en la que tú y tus mejores amigas brindéis por tu vuelta a la soltería y por tu recién recuperada libertad.
Cuando el final de una relación te deja hecha polvo, rodearte de amigos puede darte un impulso. Tener cerca a gente que te recuerde que te quiere y te aprecia hace que el dolor que acompaña a un corazón roto sea más llevadero. Basta de clínex llenos de lágrimas. Es momento de usar esa energía para perder de vista la vida que tenías y enfocarte en la vida que ahora puedes tener. Y para empezar no hay nada como una quedada de amigas.
INVITA SOLO A LAS BUENAS
Sé selectiva con la lista de invitadas a tu fiesta de ruptura. Pídele que vengan sólo a aquellas amigas que te apoyan sin juzgarte y que no te hacen sentir incómoda o inferior en ningún sentido. Pueden ser compañeras de trabajo, viejas conocidas o incluso tu madre o tu hermana. Personas que te aporten calma y positividad. Ni más ni menos. No incluyas a nadie que sea demasiado cínico, soberbio o que tenga un ego desorbitado. Este tipo de fiesta debe tener liviandad pero sobre todo debes sentirte segura, así que invita sólo a personas que te den buenas vibraciones.
RECUERDA QUIÉN ERES
Coge todas las fotos de tu ex y cámbialas por imágenes que te recuerden quién eres más allá de él. Llena cada rincón vacío de tu casa con recuerdos edificantes. Aquel fin de semana sólo para chicas en El Palmar, aquella tarde con tus sobrinos, tu fiesta de graduación de fin de Master… Configura un marco digital con recuerdos hedonistas sobre ti y sobre tu vida y deja que cada fotografía evoque un pedacito de ti. También puedes quitarle al polvo a la medalla de la media maratón, el diploma del curso de vinos o cualquier muestra de logro personal que te empodere con sólo mirarla. Gran parte de una recuperación pasa precisamente por recobrar aspectos de tu identidad que puedas haber ido dejando de lado durante tu relación.
CÓMETE TUS PALABRITAS
Que vale, que no te gusta el dulce o no lo comes porque engorda. Déjate de pamplinas que no es momento para postureos. Lo normal en el estado en el que estás es que tu cuerpo te pida azúcar. El dulce es el capricho de la tristeza. Así que adelante, baja a la tienda de la esquina y cómprate ese maldito pastel. Y ya que estás, compra algo grande para cuando vengan tus amigas. Al fin y al cabo, ¿qué es una fiesta sin una tarta?
BIEN DE SPOTIFY
Prepara una playlist con todas las canciones ‘buenrrolleras’ que conozcas, las más estimulantes para ti. Piensa en ritmos que te provoquen sentimientos de felicidad, ya sean los grandes éxitos de Beyoncé o los mejores álbumes de Michael Jackson. Si no te decides, tira de las listas de éxitos que te propone la aplicación. Siempre funcionan. Y para cuando se marchen tus amigas, ten a punto otro tipo de música, algo más relajante y evocadora, pero no triste.
INVOCA A LAS MUSAS
Puede sonar cursi, pero inténtalo: escribe preguntas del estilo "¿qué es lo más emocionante que vas a hacer sola este año?" o “¿qué hobby te gustaría recuperar próximamente?” en tarjetas de papel y repártelas al azar entre tus amigas para que en algún momento de la noche cada una responda a una de esas cuestiones en voz alta. También puedes pedirle a cada invitada que escriba una cualidad (un rasgo físico, una peculiaridad de la personalidad u otro detalle) que deseen que tu próximo compañero sentimental tenga. Además de charlar y cortar trajes, este tipo de juegos os harán conectar de forma más íntima y, lo más importante, te darán nuevas herramientas para reparar tu corazón, y dejarlo listo para quien logre reunir todos (o casi todos) los requerimientos de la lista.
NO BEBAS DEMASIADO
Es una noche para abrir un buen vino, o quizás dos. Pero no te pases. El alcohol es perfecto para adormecer el dolor que provoca la angustia, pero al día siguiente la peor resaca será la emocional. Limítate a tomar una copa por hora, y si empiezas a sentir el impulso de mandar mensajes de texto de los que puedas arrepentirte, esconde tu teléfono o dáselo a tu mejor amiga.
AFIANZA TU ESTADO DE ÁNIMO
Aprovecha esa noche de risas con tus amigas para poner en práctica un truco mental llamado ‘anclaje’ encendiendo una vela bien grande y perfumada. Olerla una vez haya pasado ese momento feliz y divertido enseñará a tu cerebro a recordar ese sentimiento cada vez que la enciendas en el futuro. Las notas de naranja dulce, de lavanda calmante, bergamota o pachulí ayudan a afianzar el estado de ánimo de calma y positividad.
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