Ágata Roquette, nutricionista portuguesa, te da las claves
¿Quieres llegar hecho un pibón a Navidad? La dieta de los 31 días te lo pone fácil
No pasaremos hambre, adquiriremos unos buenos hábitos de alimentación y perderemos entre 3 y 8 kilos, dependiendo de nuestro sexo. ¿Hay algún plan mejor que llegar a Navidad como si acabáramos de bajar de una pasarela de moda?
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Estamos a finales de noviembre, a un mes escaso para Navidad y ya tiemblas ante la ingente cantidad de cenas de compromiso que te esperan. A principios de diciembre te vas de tapitas con tus compis de la facultad o del insti; el puente de la Constitución te vas de cena con los amigos de toda la vida; en torno al 15 celebras la Navidad con los del curro... y llegas al día 24 con una sensación de que ya has comido por ti y por todos tus compañeros. ¡Y todavía te queda lo más grande!
Desde Cocinatis sabemos que lo de pasar de las cenas del 24 y del 31 es imposible, igual que ayunar en las comidas del 25 y del 1. Pero no pasa nada, vamos a jugar la baza de llegar hechos unos pibones a las fechas navideñas con la fantástica dieta de los 31 días de Ágata Roquette, una nutricionista portuguesa con miles de fieles en el país vecino. Si empezamos hoy mismo, es más que probable que lleguemos al día 24 con tipín.
Ágata, que a partir de ahora se convierte en nuestra guía espiritual, nos promete cosas que merecen la pena: perder de 3 a 5 kilos (en el caso de las mujeres) o de 5 a 8 (en el caso de los hombres), no pasar nada de hambre y la consolidación de unos hábitos alimenticios saludables.
Para conseguir esta meta, Ágata hace una lista de alimentos permitidos y otra de prohibidos. Entre los permitidos, hay algunos que deben tomarse de manera controlada, como un bollito de pan de mezcla de cereales, integral o negro (solo en el desayuno), un vaso de leche al día (ha de ser desnatada, semi o de soja), un yogur desnatado sin azúcar, dos porciones de queso fresco o de quesitos tipo cuñita y dos lonchas de queso Edam.
Entre los que se permiten sin límite están las carnes (todas, salvo las grasas), pescados, mariscos, huevos, fiambre de pavo, carpaccios, verduras y hortalizas (salvo las prohibidas), gelatinas sin azúcar añadido, agua (1 litro y medio al día mínimo), especias y condimentos. Para cocinar usaremos aceite de oliva.
Entre los prohibidos, que no podemos ni oler están el pan (salvo el bollito del desayuno), arroz, pasta, patatas, cuscús, margarinas, judías, garbanzos, maíz, guisantes, habas, lentejas, zanahoria cocida, calabaza, remolacha, pan tostado, galletas, cereales, harinas, azúcar, dulces, chocolates, bebidas alcohólicas, zumos naturales o embotellados, salsas, frutas y sopas de verduras (solo durante la fase 1).
La fase 1 comprende los primeros 15 días y en dicha fase hay que limitar azúcares o carbohidratos. Debe comerse cinco veces al día y un menú prototípico sería el siguiente:
Desayuno: un panecillo con un huevo revuelto, un yogur desnatado y café.
A media mañana: un quesito y una loncha de jamón serrano.
Comida: salchichas de ave con col rizada 1 quesito.
A media tarde: una porción de queso fresco y dos lonchas de carpaccio de bacalao.
Cena: Pechuga de pavo a la plancha y gelatina de postres.
Cada seis días puede uno tomarse un respiro. Es lo que Ágata llama "Día Loco". Es el momento de desmelenarse y meterse entre pecho y espalda una pizza, por ejemplo.
La fase 2 comprende la segunda quincena. A esta fase llega uno con entre dos y cuatro kilos menos (si es mujer) o entre tres y seis (si es hombre). La dependencia de los hidratos de carbono habrá desaparecido y es el momento de reintroducirlos en la dieta, aunque sin pasarse. La fruta y la sopa de verduras entran como alimentos permitidos.
Un menú prototípico podría ser el siguiente:
Desayuno: un sándwich mixto y un café con leche.
A media mañana: una gelatina, una porción de quesito y una loncha de jamón serrano.
Comida: quiche individual de salmón, puerro y champiñones.
A media tarde: un yogur y un puñado de bayas.
Cena: Sopa de verduras (con las verduras permitidas, nada de zanahoria ni patata).
Como en la primera fase, cada seis días toca tomarse otro 'Día Loco'. Hamburguesa, ven a mí. Ñam.
Así llegaremos al día 31 y último. Es posible que coincida con el propio día 24, más o menos. Tenemos unos cuantos kilos menos y, lo más importante, hemos afianzado unos hábitos alimenticios saludables que debemos mantener el resto de nuestra vida. El premio es poder estrenar un vestido dos tallas más pequeño en Nochebuena o presumir de haber abandonado la curva de la felicidad. Y, en este caso, si hay que comer cabrito al horno, pues se come.
Para profundizar en la dieta de los 31 días, ver más opciones de menú o resolver cualquier duda, solo hay que recurrir al libro 'La dieta de los 31 días' (Ágata Roquette, La Esfera de los Libros). Y si esta no nos convence, podemos echar un vistazo a nuestras otras dietas.
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