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ANTES DE 2050, ALERTA UN ESTUDIO

Por qué la producción de carne y lácteos debería reducirse a la mitad YA

Ya lo alertaba Greenpiece la pasada primavera, y ahora lo corrobora un estudio elaborado por RISE, una fundación independiente sin ánimo de lucro que trabaja para potenciar una agricultura sostenible en Europa, que proteja tanto el medio ambiente como al agricultor local. Este organismo alerta de que es necesario reducir a la mitad tanto la producción de carne como de lácteos si no queremos que sea demasiado tarde para el medio ambiente.

Frame 0.0 de: granja vacas

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Rural Investment Support for Europe (RISE) no hace más que corroborar el informe que publicó Greenpeace la pasada primavera, que alertaba de los riesgos de la producción masiva de carne y lácteos para el medio ambiente. De no frenar esta tendencia en la producción de ganado, las emisiones de gases de efecto invernadero dejarán de ser seguras, cosa que afectará a los ecosistemas y dará lugar a la pérdida de biodiversidad. Este informe, junto con el de Greenpeace, supone un toque de atención a las autoridades europeas, a las que se insta a modificar ipso facto las políticas agrarias y limitar la producción masiva de ganado.

Vacas en una granja cerca de Fukushima
Vacas en una granja | Agencias

RISE apuesta, entre otras medidas, no solo por gravar el consumo de lácteos y carne, sino también por poner en marcha campañas que conciencien a la población sobre la necesidad de reducir su consumo, ya que existen otros alimentos, mucho más sostenibles, que también aportan proteínas y calcio. Así pues, según los investigadores, tanto la salud como el medio ambiente se acabarán beneficiando de esta medida.

Ganja de cerdos
Ganja de cerdos | laSexta.com

Uno de los autores de este extenso estudio, que incide también en otros aspectos de las políticas europeas en cuanto a sostenibilidad y agricultura, Allan Buckwell, resumió a The Guardian las conclusiones del estudio en una sencilla frase: "se trata de reducir el consumo de carne, tomar porciones más pequeñas y dirigirnos hacia una dieta flexiteriana sin ser dogmáticos". De hecho, el estudio asegura que los europeos consumimos hasta el doble de carne de la que recomiendan las autoridades sanitarias para una dieta saludable. Y las cifras hablan por sí mismas: hasta un 80% de las tierras destinadas a la agricultura se utilizan para la producción extensiva de ganado, pese a que la carne supone apenas el 18% de las calorías que consumimos.

Un empleado cuelga pollos en garfios en un matadero del mercado de Huannan, en Taipei
Un empleado cuelga pollos en garfios en un matadero del mercado de Huannan, en Taipei | EFE

Este desequilibrio se traduce no solo en un problema de salud pública cada vez más patente en los países desarrollados, sino también en consecuencias devastadoras ya no a medio o largo plazo, sino a corto plazo, para el medio ambiente. El estudio alerta de la necesidad, entre otras medidas, de reducir un 74% las emisiones de gases de efecto invernadero y hasta un 60% los fertilizantes compuestos de nitratos. Todo ello antes del año 2050, lo que significa que las autoridades europeas deberían tomar medidas urgentes para solucionar una cuestión que afecta directamente a la salud pública y al medio ambiente.

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