¿Por qué deberías comer huevos de codorniz? Estos son sus beneficios

A pesar de su tamaño, los huevos de codorniz tienen de 3 a 4 veces más nutrientes que un huevo de gallina. Además, estos huevos son alimentos ricos en proteínas y hierro, y nos ayudan a combatir síntomas alérgicos, haciéndolo así un producto muy útil para las personas con problemas de salud. En las mujeres, este producto ayuda a fortalecer el cabello, mejora el color de la piel y es beneficioso para el embarazo. En cuanto a los niños, si comen huevos de codorniz, son menos propensos a las enfermedades infecciosas.

Muchos expertos han afirmado que los huevos de codorniz son un alimento energético y nutritivo, además de fortalecer el sistema inmunológico y los huesos. También ha sido demostrado que ayudan a incrementar la memoria y contienen las vitaminas A, B, D y E. Aparte de todos estos beneficios, los huevos de codorniz son útiles para disminuir el peso, prevenir la anemia y conseguir un aumento de masa muscular. En la cultura asiática, los huevos de codorniz son utilizados para ayudar a tratar enfermedades como la tuberculosis, el asma y la diabetes.

Cómo cocinar los huevos de codorniz

Cuando se trata de cocinar huevos de codorniz, hay muchas formas distintas de hacerlo, pero la más común es cocinarlos en una olla con agua y sal durante 4 minutos. También se pueden hacer huevos de codorniz fritos -lo cual queda muy sabroso encima de tostadas- o si queremos hacer canapés, presentarlos con caviar. Según los expertos, es recomendable comer entre 3 y 5 huevos de codorniz al día, ya que, si se abusa, estos pueden aumentar los niveles de colesterol.

Idea de receta con huevo de codorniz

A continuación, te dejamos una receta con este alimento de ingrediente principal: Tartaletas con huevos de codorniz y queso feta.

Lista de ingredientes (para entre 4 y 6 personas):

• 12 tartaletas pequeñas

• 12 huevos de codorniz

• 100 g de queso feta (o queso de cabra)

• Cebollino fresco

• Sal

• Pimienta

• Aceite de oliva

El paso a paso de la receta:

• En primer lugar, precalienta el horno a 180 °C.

• Mientras tanto, prepara las tartaletas. Si las has comprado en el supermercado, sigue las instrucciones que indica el paquete. Si te animas a prepararlas tú en casa, es muy sencillo, ya verás. Coge la masa quebrada, extiéndela y córtala en círculos de la medida de los moldes que tengas. Pon los círculos en los moldes y pínchalos para evitar que suban mientras se hornean.

• Mételos en el horno y déjalos unos 10 o 12 minutos (o hasta que veas que estén dorados).

• Pasado este tiempo, saca las tartaletas del horno y déjalas enfriar.

• Ahora, calienta un poco de aceite de oliva en una sartén para freír los huevos. Ponlos con cuidado para evitar que se rompan y déjalos entre 1 y 2 minutos. Aquí el truco está en que se haga la clara y que la yema se mantenga líquida.

• El siguiente paso es cortar en trozos pequeños el queso feta. En esta receta te recomendamos este tipo de queso, pero también puedes utilizar queso de cabra.

• Pon el queso dentro de la tartaleta y, por encima, el huevo de codorniz. Echa una pizca de sal y una pizca de pimienta.

• Vuelve a colocar las tartaletas en la bandeja de horno y hornéalas unos 5 o 7 minutos, o hasta que el queso se haya derretido.

• Por último, como toque opcional, pica el cebollino y espolvoréalo sobre las tartaletas.

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