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¿MARISCO EN UN BRUNCH? ¿CÓMO?

Qué NO es un brunch: despropósitos habituales con esta comida dominical

En los tiempos que corren se le llama brunch a cualquier cosa, incluso a un bufé kilométrico con langosta y foie. Pero eso, amigos, NO ES UN BRUNCH.

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Con un poco de gracia, conseguirás un 'brunch' resultón.Cocinatis

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No hace mucho tiempo, el responsable de un hotel de Barcelona me susurró al oído que a aquel bufet libre que servían entre 12.30 y 15.30 lo llamaban 'brunch' porque el nombre tenía más glamour. “Lo de bufet libre suena a cutre, a pasado de moda”. No le faltaba razón en ello, pero aquello no era un 'brunch' (¡había hasta sushi!). Y como este, muchísimos otros almuerzos domingueros que salen como setas últimamente, sea en un restaurante o en un hotel.

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El 'brunch', ¿el mejor invento del mundo? | Cocinatis

Eso ha ayudado a desvirtuar lo que es en realidad un 'brunch', que nació en Gran Bretaña a finales del siglo XIX, cuando las familias adineradas daban fiesta los domingos al personal de servicio y este les dejaba comida preparada para todo el día. En los años 30 del siglo pasado se popularizó en Estados Unidos.

Los británicos, tan flexibles para inventar palabras, decidieron bautizar aquel ágape con el acrónimo de 'breakfast' (desayuno) y 'lunch' (comida). Es decir, un 'brunch' no es un desayuno, porque se toma más tarde, entre las 10 y las 14 horas aproximadamente, pero tampoco una comida, porque es demasiado pronto para considerarlo como tal. ¿Un aperitivo? Mmmm, pues ni eso, porque el 'brunch' es más copioso y cuenta con ingredientes distintos. Las patatas fritas, las olivas, las conservas… son propias del picapica que hacemos desde hace décadas por estos lares, idealmente en una terracita al sol.

Los huevos en un brunch
Los huevos en un brunch | G+J

Esos ingredientes no los verás en un brunch, donde no deben faltar elementos propios de un desayuno inglés como los huevos, sean del tipo que sea (estrellados, revueltos o en forma de tortilla), aunque aquí el rey es el Benedict. Ni tampoco salchichas, beicon, jamón, patatas, frutas o bollos. Aunque también otros platos más dulces, como los 'pancakes', las tostadas francesas (parecidas a las torrijas: pan sumergido en huevo batido, a menudo con leche o crema, y posteriormente frito), los gofres…

Las bebidas con las que se suele acompañar el 'brunch' son los zumos naturales, los 'smoothies', el té y el café pero siempre debe haber alcohol, sea un espumoso como el champán o cócteles como el Mimosa, el Bellini y el Bloody Mary.

Los zumos son el antioxidante perfecto
Los zumos son el antioxidante perfecto | Pixabay

Todo lo demás no es propio de un 'brunch'. Así que, al loro, y cuando quieras hacer uno como los de toda la vida y te pongan sushi o pescado a la parrilla… ¡que no te lo den con queso!

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