¿Qué es el vampire facial? Descubre sistema de micropunciones para rejuvenecer la piel

Kim Kardashian, Bar Rafaeli, Gala González o Ferne McCann son algunas de las influencers que se han atrevido con el 'vampire facial'. Este nuevo tratamiento estético extremo consiste en aplicar en todo el rostro unas micropunciones con agujas para después inyectar sangre del propio paciente.

En realidad, el nombre técnico correcto para referirse a este tratamiento es Terapia de Plasma Rico en Plaquetas (PRP). Y es que, para poder llevarlo a cabo, se usa una aguja para extraer sangre del brazo del cliente. Luego, la sangre se centrifuga en una máquina para obtener el plasma que contiene las propiedades necesarias para iniciar el proceso de reparación.

Una vez obtenido el PRP, se infiltra en la cara del cliente a través de pequeñas punciones con un dermapen –similar a un bolígrafo con la punta llena de agujas finas– o un rodillo de microagujas.

Con pocas sesiones, el tratamiento mejora la textura y calidad de la piel y produce un efecto flash de luminosidad tras aumentar la circulación, pero con algunas sesiones más se pueden llegar hasta a eliminar marcas de acné.

Tratamiento extremo: ¿es seguro?

El precio por sesión ronda los 250 euros en clínicas estéticas especializadas. Sin embargo, en Amazon y otras tiendas online ya se pueden encontrar estos rodillos desde 13 euros, como el de Luollove, e incluso centrifugadoras de PRP por poco más de 100 euros, como la de CGoldenwall.

Pero el quid de la cuestión es: ¿se trata de un tratamiento seguro? Según los profesionales, si se realiza en un centro médico especializado, sí. Pero no recomiendan llevarlo a cabo en casa con herramientas adquiridas a través de internet, ya que es muy importante que el 'vampire facial' se lleva cabo en excepcionales condiciones de higiene, con instrumentos perfectamente esterilizados.

¿Puede haber complicaciones?

Aparte de las graves consecuencias que pueden darse si este tratamiento no se lleva a cabo en condiciones óptimas, existen otros efectos secundarios que pueden aparecer durante las horas posteriores al 'vampire facial'.

Los hematomas son la complicación más frecuente y suelen desaparecer al cabo de 2 o 3 días. Otros efectos menos comunes son las reacciones alérgicas, infecciones, hiperpigmentación y alteración del tono de algunas zonas de la piel.

Para que el rostro vuelva a la normalidad tras una sesión, se recomienda no tocar la zona tratada durante, al menos, dos horas, evitar los cambios bruscos de temperatura y no aplicar ningún producto (ni cosmético ni maquillaje) durante las primeras 24 horas.

Y, como ya hemos repetido en más de una ocasión en NovaMás, es extremadamente importante proteger la piel del sol.

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