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Estos son los cuidados básicos para alargar la vida de tu colchón

Es difícil establecer cuánto dura un colchón, porque si bien los fabricantes recomiendan cambiarlos cada 8 años como máximo, lo cierto es que esta cifra depende mucho tanto de la calidad como del material con que esté fabricado el colchón.

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Otro factor que influye en la vida de nuestro colchón es cómo lo hemos cuidado, puesto que si somos constantes y seguimos una serie de cuidados básicos es probable que se mantenga como nuevo durante más años de los que se le pronostican a priori. En realidad, alargar la vida de nuestro colchón es tan sencillo como seguir todos estos pasos:

Nada de humedades

Los ambientes húmedos favorecen el desarrollo de hongos, además de que estropean la calidad de los tejidos. Asegúrate, pues, de que el ambiente en la habitación sea siempre seco y evita colocar sábanas o ropa de cama que estén húmedas, ni siquiera ligeramente. Procura, además, que la habitación esté siempre bien ventilada, también en invierno.

No hagas la cama inmediatamente

Lo mejor es esperar al menos 15 o 20 minutos antes de hacer la cama desde que nos levantamos, para que se evapore el sudor acumulado durante la noche. Si durante esos minutos en que la cama está deshecha procuras ventilar la habitación, también en invierno, estarás alargando la vida de tu colchón.

No exageres con la ropa de cama

Como decíamos, es importante mantener el colchón libre de humedad, de manera que tenemos que intentar no sudar por la noche. Para ello, lo mejor es dormir con la ropa de cama justa, adaptándola a las diversas estaciones, y asegurarnos de escoger tejidos que transpiren correctamente. En cuanto a las sábanas, lo mejor es que sean siempre de algodón 100% y evitemos tejidos como el poliéster.

Dale la vuelta al colchón

Intenta hacerlo al menos una vez al mes. Por otro lado, si duermes sola en un colchón de matrimonio lo ideal es que vayas cambiando de lado para que el peso no recaiga siempre en el mismo lugar.

Limpiando el colchón
Limpiando el colchón | iStock

No coloques objetos pesados encima

No utilices la cama como mesa, puesto que el peso que puedan ejercer determinados objetos sobre el colchón puede hacer que este se deforme y pierda consistencia. Si eres de las que guardan de todo debajo de la cama, no es una buena idea que lo coloques encima del colchón a la hora de limpiar. Lo ideal, en este caso, es adquirir un somier con canapé que te permitirá tener todo siempre limpio y recogido. Por supuesto, evita saltar en la cama y sentarte demasiado tiempo seguido en los bordes.

Lava la funda periódicamente

En el caso de que tengas un colchón desenfundable, mete la funda en la lavadora periódicamente con un jabón neutro, especialmente si se ha manchado con algún fluido. Si este es el caso, lo mejor es que quites las manchas antes con un buen producto antimanchas, frotando la parte manchada si es necesario. Si la funda no cabe en tu lavadora, acostúmbrate a llevarla a la tintorería al menos un par de veces al año (antes y después de la temporada de invierno, por ejemplo, coincidiendo con los meses en los que pones y quitas el nórdico, que también deberías llevar a la tintorería antes de guardarlo). En el caso de que el colchón no sea desenfundable, debes hacerte con una funda y lavarla a menudo.

Asegúrate de estar durmiendo en el colchón correcto

Antes de adquirir un colchón, debes tener en cuenta cuáles son tus necesidades, y en función de ellas escoger el que mejor se adapte. Piensa en tus hábitos de descanso y sueño, si es un colchón de uso habitual o esporádico, si duermes sola o acompañada, cuál suele ser la temperatura de la habitación, si se puede ventilar convenientemente y un largo etcétera. A partir de aquí, establece un presupuesto –mejor si es generoso, pues el colchón es una pieza clave que va a influir decisivamente en tu descanso, en la salud de tu espalda y, por tanto, en tu humor– y déjate aconsejar por un experto en una tienda especializada.

El somier también importa

De nada servirá que inviertas en el colchón si al final el somier es de mala calidad. Utiliza somieres flexibles para colchones de látex y evita los somieres de muelles, que estropean los tejidos y pueden deformar los colchones.

Cuidado con las mudanzas

Si tienes que transportar el colchón, es importante que no lo enrolles. Intenta mantenerlo lo más recto posible, sin golpearlo ni dañarlo, y evitar en la medida de lo posible trastearlo demasiado.

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