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Luego no digas que no te lo advertimos

Cinco razones para no acostarte con un cultureta

Hay que ver cómo te gusta ese chico: se ha leído lo último de Auster y recita ‘Ulises’ de Joyce sin que se le altere el flequillo. Además, puedes mantener con él interminables charlas sobre la errónea política migratoria de Trump o sobre por qué este año ha habido una explosión de libros feministas.

Chico leyendo

Chico leyendoiStock

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En definitiva, sabe de todo, hablas de todo y te excita intelectualmente, algo que no sucedía ni de lejos con aquél musculado del gimnasio cuya única conversación giraba en torno a los bíceps y sóleos… Pero tus amigas te lo están advirtiendo (y todas sabemos que las amigas son sabias): no te metas en la cama con él. ¿Por qué? Te preguntas. Pues porque follar con un cultureta es MAL: “Los culturetas lo hacen muy mal”, te repiten machaconamente con el gintonic en la mano. Y te detallan las razones:

- Mucho leer, poco moverse: un cultureta está suscrito a varias revistas y periódicos internacionales (ojo, en versión papel y digitales). Además, se ha comprado los últimos cómics de sus autores de culto. Es decir, que tiene una pila de libros en el salón esperando a ser leídos y claro, no le da para ir mucho al gimnasio. “Un cultureta no va al gym, está todo el día en la filmoteca”, afirma tu amiga Laura. En la filmoteca o en la plataforma de pago en la que emiten esas interesantes series y unos documentales sobre la pesca del atún rojo que le dejan sin aliento. Es decir: que si X está todo el día preocupado por aumentar sus conocimientos, no lo estará contando los pasos con la app de turno o dejándose los cueros en una maratón. Sí, es cierto, tú quieres un chico con cerebro pero también, con un físico que acompañe. Y este no es el caso. Y el punto de la lectura nos lleva al siguiente apartado…

- Poca limpieza: si vas a su casa seguramente no te la encuentres muy limpia (vale, reconocemos que eso también puede pasar en el caso de hombres que no son culturetas). Porque a ver, o lees o limpias pero las dos cosas no puede ser. Así que es harto probable que al lado de la pila de libros que tiene por leer haya una ristra de pelusas que ni los westerns que se grababan en tiempos en el desierto de Almería… Por no hablar de las sábanas de su cama, que cambió cuando se publicó por primera vez el que es su libro de referencia: Ulises.

Chico en biblioteca
Chico en biblioteca | iStock

- Mucho pelo: un cultureta no se fija en esas cosas. Bueno, quizás se fije, aunque tampoco se focalice en ello, en que tú llevas las axilas sin depilar pero desde luego no le dará importancia ninguna a sus pelos en la espalda o su pelambrera, tipo barba de los ZZ Top, alrededor del pene. O sea, que si te gustan depiladitos, ojocuidao.

- No son grandes fuckers: es más, son de follar cansados. Follarán un poco por tu insistencia más que porque a ellos les apetezca, porque ellos preferirán estar viendo una peli de Ingmar Bergman (que tu trabajo te cuesta pronunciarlo) y debatir sobre su argumento después, que echándote el polvo de tu vida. Además, cuando se folla bien, se suda y ya sabes de su animadversión hacia cualquier ejercicio físico. Y esto nos lleva al siguiente punto…

- Son cerebrales, no pasionales: además de follar cansados, porque no tienen costumbre y lo ven como un tiempo malgastado que podrían haber dedicado a escuchar al último autor de culto en la presentación de La Central, es que parece que no tienen sangre. Le tienes encima y más parece un cuerpo inerte que uno con vida. No te lo tomes como algo personal: el órgano más importante de su cuerpo es el cerebro, no la polla. Así que el sexo será un mero trámite, lo hará por cumplir.

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