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Nunos propone "un paseo por el bosque!

¿Es una piedra?, ¿una seta? ¡No, son buñuelos!

Los trampantojos nos vuelven locos. Por eso, una propuesta tan guay como la de la pastelería Nunos (Madrid) nos encanta. Ellos no hacen buñuelos al estilo clásico, sino que los 'disfrazan' en forma de elementos que todos podemos encontrar en el bosque.

Los buñuelos del bosque de Nunos.

Los buñuelos del bosque de Nunos.Cocinatis

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El paisaje del bosque en otoño ha sido la inspiración para el inquieto pastelero José Fernández, que ha creado una colección de buñuelos con la que recrea los aromas y olores que percibimos en un paseo. De esta manera, surgen ocho buñuelos de distintos sabores que conforman esta colección de la pastelería Nunos, de Madrid. El aire de otoño y su olor a musgo y a tierra mojada son la inspiración para un buñuelo elaborado con un

streusel de cacao que al morderlo desprende un olor embriagador.

Siguiendo con el paseo, nos encontramos trozos de corteza de árbol mojados por la lluvia y un punto de humedad. El olor a vegetación se recrea con un buñuelo de crema de pino, eucalipto y tomillo linonero, elaborado con una crema pasteleria con fusión de ingredientes que da lugar a aromas a bosque y plantas.

En otoño no faltan el perfume de las castañas y calabazas, y por eso José Fernández ha creado sendos buñuelos que nos recuerdan esos aromas. Así, el buñuelo de crema de castaña (crema de nata con castañas a la vainilla) y el buñuelo de crema de calabaza (simulando el bizcocho de calabaza típico en América) impregnan los sentidos de esos aromas al morderlos.

El otoño también huele a setas, a boletus, a trufa…. como podemos apreciar en el buñuelo de crema de boletus (boletus confitados con reducción de P.X.) y en el buñuelo de crema de chocolate con trufa negra, éste último con una textura de tierra como el lugar que envuelve las trufas antes de la recogida, pero con un sabor a chocolate negro. El otoño también es tiempo de conserva casera, mermeladas y compotas elaboradas con frutos otoñales, como la zarzamora que vamos encontrando en nuestro camino y que ha utilizado José Fernández en el buñuelo de frutos del bosque, elaborado con un semiconfitado de bayas, arándanos y zarzamoras.

Después del paseo y con el frío en la puerta dan ganas de encender algo de fuego y sentarnos alrededor de la chimenea, así que en Nunos imaginan el olor de la leña y el humo con el último buñuelo de la colección, el buñuelo de crema de queso con humo, un buñuelo relleno de crema de queso ahumada con madera de encina que recuerda el momento cuando los pastores se sentaban alrededor del fuego. Es el cierre ideal para una colección que hace del bosque su escenario e inspiración.

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